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Por Julissa Grados Bazan.- Muchas veces en un momento de euforia e histeria nos dejamos llevar por nuestro instinto animal y aflora nuestro lado humano salvaje, gritamos, ofendemos, humillamos y creemos que al pedir disculpas todo esta perdonado y olvidado, recuerdo hace muchos años una psicóloga me dijo lo siguiente: Si se cae un vaso de vidrio y se rompe, luego lo recoges y lo vuelves a pegar, ¿Quedará igual?, yo le dije quedará parchado pero no igual, a lo que ella respondió; igual es el corazón de una persona, cuando por un momento de cólera, explotas, insultas, humillas, ofendes; terminas lastimando a los que mas amas en tu vida; es cierto las palabras «no» se las lleva el viento, quedan en lo más profundo de tu corazón, como un mal recuerdo te llenan de odio y resentimiento.Así que, pienso que debemos ser racionales, pensar, respirar si estamos muy molestos preferible salir y dar una vuelta antes de ofender, hay libros muy motivadores que te pueden empujar a ver la vida de otra manera te motivan, te cambian el sendero, así que definitivamente debemos hacer que las palabras tomen poder pero en una manera positiva, que nos alienten, que nos den esperanza, que nos enseñen a ser cada día mejores personas, a superarnos, a crecer y a buscar la paz y la felicidad que todo ser humano anhela, no te niegues nunca la oportunidad de ser feliz, respeta y serás respetado, vive bajo tus propias reglas pero sin ofender ni maltratar a nadie y rodéate siempre de gente positiva que te impulse cada día a ser mejor persona.
Un bonito análisis para no dañar la sensibilidad de las personas con las palabras negativas que a veces nos destruyen la autoestima. Felicitaciones por el artículo