Por Isabel María Campillos Pérez.- Hay tantas cosas que agradecer a lo largo de la vida que te faltarían años para dar las gracias a todas esas personas que te han aportado aprendizaje.
Hay tantas personas que son felices porque tu existes, que te faltaría corazón para bombear toda la sangre de cada una de esas personas.
Hay tantos espacios y tantos sitios conectados con tu ser que te faltaría tiempo para recorrerlos con tus pies.
Hay tanta magia en tu día a día, que no eres consciente de todo lo que serías capaz de remover y de ver.
La madre tierra, la vida en sí misma, está conectada a ti a través de la energía sutil que todo lo mueve y lo ordena.
Y te sientes pequeñ@, necesitad@, te sientes perdid@, cuando en el fondo estás unid@ a todo lo que existe.
Para estar bien solo debes dejarte llevar hacia tu pulsión natural, sin juicios. Y así renacerá alguien que un día quedó sepultado por un personaje imaginario e irreal, tan irreal como esa vida que creer sostener con tu tirantez desmesurada.
Ámate y entiende que el Ser que anida en ti, es el que te está sosteniendo de manera ilimitada.
Déjate sanar, permítete transmutar.
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