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El precioso vínculo de la amistad

Ramiro-CallePor Ramiro Calle.- En la foto aparecemos mi querido amigo Javier Suárez Illana y yo. De  nuevo he tenido la fortuna de que viniera a verme a casa hace unos días y poder así conversar largamente sobre temas de la evolución consciente, el trabajo interior, el autoconocimiento y el autodesarrollo. Cada mañana que pasa a verme es una celebración, porque, entre zumo y zumo que degustamos, podemos comunicarnos no sólo a través de las palabras sino tambien, como hicieran Gandhi y Tagore, de corazón a corazón. Conocí a Javier hace muchos años y le tuve como alumno de hatha-yoga y meditación. Pronto surgió entre nosotros una estrecha amistad que se ha perpetuado a lo largo de más de dos décadas.

Desde el primer momento empatizamos y fueron muchas las noches que cenábamos juntos en aquella época y hablábamos de temas de orientalismo, metafísica, búsqueda interior y autorrealización. Me percaté de que gozaba de unos potenciales formidables para el autodesarrollo y llegué a sentirle como a mi «aprendiz» predilecto. Un aprendiz orientando a otro aprendiz. De mí escuchó por primera vez el nombre de Gurdjieff y ahora, veinte años después, coincidimos en que hay que abrir su enseñanza a todo el mundo y sacarla de los círculos elitistas. Me inspira  escuchar a Javier porque su riqueza de expresión y su profundidad son extrarodinarias.

Puedo hablar con él en dimensiones que no son comunes y sí muy enriquecedoras. Sé que con estas lineas le estoy «ruborizando», porque es una persona que no gusta de reconocimientos por sentidos que sean; tal es su sencillez y su carencia de artificios. Cuando partió de mi casa en esta última visita que me hizo (trayéndome por cierto un buen número de yogures exquisitos, sabiendo mi afición por los mismos), recordé un pasaje de la vida de Buda:

En una ocasión Ananda, primo carnal de Buda y su asistente personal, le dijo: «Señor, ¿no es cierto que las tres cuartas partes de la vida deben ser la amistad?». Y Buda replicó: «Nó, Ananda, nó. Las cuatro partes de la vida deben ser la amistad».

Así que, Javier, seguiremos caminando codo con codo por la senda de la Búsqueda, recorriendo juntos el  largo y difícil camino de la  autorrealización. Con amigos como tú es más fácil… ó menos difícil

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