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El río de la vida

Por Mª Laura Martínez Ramírez.- Nuestra vida, es vida, porque hay encuentros, unos inesperados, otros concertados, pero todos se deben en última instancia a una casualidad.

Tengo una libreta de casualidades, en la que cada día apunto alguna, unas veces que el teléfono suena al tiempo que voy a llamar a esa persona, otras que termino y cierro el ordenador y en ese momento me llaman para otro asunto etc. Pero todos los días tengo alguna.

Es como si todo estuviera concertado de antemano, como si la vida fuera realmente un rio y no pudiéramos más que fluir, sin poder evitar que al pasar por tal sitio tuviéramos que vadear un árbol caído, en el otro caer desde la cascada etc.

Me pregunto a veces, que es lo que verdaderamente decidimos. Un día pregunté una pregunta que hasta hoy no ha tenido respuesta de nadie.

¿Cuándo yo tengo un pensamiento soy yo verdaderamente dueña de ese pensamiento y por tanto responsable? Porque como todos sabemos los pensamientos nos vienen a la mente, y el solo hecho de pensar en cambiar un pensamiento, es a su vez otro pensamiento que me viene igual que el anterior. Entonces vuelvo a preguntar.

¿En qué medida soy dueña y responsable de mis pensamientos?

He trabajado con niños durante muchos años, en cualquier clase puedes comprobar como ante cualquier cuestión el numero de respuestas es grande, desde el que no sabe, no le viene nada a la mente, hasta el que da una respuesta que no la daría un adulto medio.

No, nosotros no generamos pensamientos en nuestro cerebro como dicen. Hoy mi respuesta sería esta. Mañana tal vez no, depende de lo que me vaya viniendo.

Lo que tenemos es sistemas de recepción de frecuencias más o menos afinados. Con esta antena, es con la que vamos fluyendo en el gran rio de la vida, recibiendo señales y emitiéndolas de múltiples maneras, aún sin darte cuenta, mejor dicho, sin que tu ego te deje darte cuenta. Porque este se cree que es él, el que va organizando por donde ha de ir el rio, como controlarlo, ponerlo a tu favor, me parece de una soberbia ridícula, no es más que una herramienta y se ha creído el dueño y señor. Pongámoslo en su lugar, como la pala o la barca que es y que no nos engañe más.

Así, podremos disfrutar de la vida fluyendo con lo que esta nos vaya trayendo, ahora lluvias, ahora sol, ahora meandro, ahora rocas, pero sintiendo siempre la corriente que te empuja, que es al final la que te va presentando cada uno de los encuentros de tu vida.

Hasta ahí parece que todo tiene sentido. Pero entonces aparecen las emociones, tan dependientes de los pensamientos y tan distintas entre las personas ante un mismo pensamiento.

Creo que nos avisan de lo lejos o cerca que estamos de la verdad, del pensamiento de frecuencia más alta sobre ese tema, que hemos obtenido con nuestro sistema de recepción en algún momento y que marca nuestro límite en el que mantenernos.

Por eso este sistema de guía, si, nos puede servir para pedir pensamientos de ascenso vibratorio y darnos cuenta, de cuando con nuestra antena, estamos recibiendo emisiones con pensamientos negativos o por debajo de nuestro sistema de recepción, es decir de nuestra verdad. En esos momentos sentimos emociones de miedo, tristeza, orgullo, odio etc.

En los momentos en los que sentimos sosiego, ternura, esperanza, alegría y sobre todo gozo y gratitud, nuestro sistema emocional nos está avisando que estamos en línea con el pensamiento obtenido, más elevado y que por tanto marca nuestra verdad.

Ahora sí, guiados por las emociones podemos orientar nuestra antena sobre cualquier cuestión, es decir, pedir, pensamientos que eleven esa frecuencia y vayamos sintiendo que mejoran en algún grado la emoción negativa.

Con este sistema de ayuda podremos fluir por la vida de una manera más gozosa y amorosa.

Por eso hay que seguir la verdad de cada uno, y la verdad nos hará libres.

Permitidme que deje para otro día el tema de la libertad, que llevo intentando entender desde los 15 años. Gracias.

 

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