Con al menos 170 millones de toneladas de tomates que se producen cada año, cocinado o crudo, como una salsa, un jugo o una pasta, el tomate es increíblemente popular.
La mayoría de la gente piensa en el tomate como un vegetal, pero técnicamente es una fruta porque tiene semillas, lo que lo coloca en la misma categoría botánica que una baya.
Los tomates fueron introducidos por primera vez a Europa por los españoles, que los trajeron de las Américas.
Se estima que en el mundo existen 20.000 variedades de tomate.
Los tomates son vistos como una opción de alimento saludable.
Son bajos en calorías y ricos en vitamina C, potasio, ácido fólico y vitamina K.
También contienen gran cantidad de un poderoso antioxidante llamado licopeno, que se ha relacionado con una serie de beneficios para la salud, incluyendo la reducción del riesgo de enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer.
Hay incluso alguna evidencia de que el consumo de pasta de tomate (que es particularmente rica en licopenos) puede proteger la piel contra las quemaduras solares.
Pero no es el contenido de licopeno que hace cosquillas a nuestras papilas gustativas, sino el hecho de que tiene un fuerte sabor agradable.
Cuando muerdes un tomate o saboreas la salsa de tomate en la pizza, lo que las papilas gustativas realmente están haciendo es diciéndote que comas este alimento porque es rico en glutamato, lo que te ayudará a mantenerte sano y fuerte.
Y eso ayuda a explicar la popularidad universal del tomate.