
Muchos buscadores de una vida espiritual consideran los deseos como el gran enemigo a batir, otros piensan que hay que ir en busca de aquellas cosas que te puedan hacer feliz, que la vida es para disfrutarla. El tren de los deseos no para de correr y uno desea llegar al final de un trayecto, en alguna cosa o en alguien. El tren para un tiempo pero luego vuelve a arrancar, el fuego de la caldera mueve toda la maquinaria y cuanta más leña tenga más difícil es contener ese tren.
Tratar de parar los deseos es como tratar de parar un tren que va en marcha, descarrilar es siempre una mala opción, descarrilar sería la forma brusca y dolorosa de salir del camino. El autocastigo no es bueno, bajar el fuego es mejor, y saber manejar el tren de la vida es mucho mejor todavía.
Desear no es la causa de la perdición espiritual, es la debilidad mental la causa de los problemas personales. La fisiología atrae diferentes deseos según el fuego que lleve dentro. Cuando hay un predominio del calor de ombligo para arriba el deseo es diferente a cuando predomina el calor de ombligo para abajo. Hay alimentos que avivan el calor del corazón y hay otros alimentos que avivan las pasiones. Hay alimentos que hacen subir la energía hacia arriba y otros envían la energía de ombligo para abajo.
Cuando la caldera está a tope de calor no distingue qué tipo de madera seleccionar. La fisiología súper-alterada admite todo tipo de leña (alimento), y como la actividad mental coindice con la fisiológica los deseos fogosos salen por cualquier lado y pueden hacer perder la cabeza a cualquiera. Y por desear que no falte, que aparezca cada día el genio de la lámpara, o que nos pongamos a llorar con el décimo de la lotería para cumplir sueños. El dinero nunca falta en los deseos.
El deseo que sea como humo, el aire lo disipará. Desear no es malo, lo malo es no saber desear. Desear no es la perdición, lo peor es estar perdido antes de desear. El pensamiento es la base del deseo, calidad del pensamiento está en relación directa con el funcionamiento neurofisiológico.
El tren de los deseos debe ser gobernado por el maquinista. Nuestros deseos nunca deberían depender del gobierno de otros, ni de las emociones de otras personas.
Desear en la buena dirección, saber que no atropellamos a nadie y que no usamos la energía (dinero) de otros para movernos, por cielo o tierra.
Los deseos debería ser soportadores de vida, que respeten a las personas y no sean usadas, que cada paso sea tan bueno para uno como para todos. Por seguridad y eficacia es mejor que cualquier deseo tenga el apoyo o esté en sintonía con la ley natural.
Dejémonos de cuentos y de aladinos o seguiremos en las mil y una noches, perdidos en oscuros días y sin encontrar la satisfacción que más plenitud da. Aprendamos a gobernar nuestra propia vida, sepamos que el conocimiento sin conocedor es humo, que el conocedor desconocido es como una hoja, a merced del viento, que se escapó del árbol de la vida en sus ansias de buscar fuera aquello que debió encontrar en sí mismo.
Un abrazo familiar
José Antonio Cordero
Director
AGRICULTURA VEDICA MAHARISHI
_________________ CITA CON LOS GRANDES ____________
“Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.”
-Miguel de Cervantes.”
“Lo mucho se vuelve poco con sólo desear otro poco más.
– Francisco de Quevedo”.
“Ten paciencia, corazón,
que es mejor, a lo que veo,
deseo sin posesión
que posesión sin deseo.
– Ramón de Campoamor”.
Nota del Boletín:
‘Posesión sin deseo’ es tener cosas sin haberlas merecido.
Es mejor merecer primero y desear después.
Nerja, 14 de noviembre de 2014
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