Home » Artículos » El valor de la constancia

El valor de la constancia

Por Damián Daga.- Nosotros somos nuestros mayores limitadores y saboteadores. Evidentemente, eso lo hacemos de forma inconsciente, nuestra mente egótica se encarga de ello. Nadie desea autosabotearse conscientemente.
Hoy por hoy, ya sabemos sobradamente que los límites nos lo ponemos nosotros mismos y que culpar a los demás resulta ridículo.
Cada vez, vamos siendo más conscientes de en qué nos limitamos o autosaboteamos, por qué lo hacemos, cuándo y cómo.
Una de esas limitaciones es la inconstancia: Deseamos hacer muchas cosas a la vez –como si el mundo fuese a acabar en una semana–. Actuamos igual que pensamos –siempre estamos pensando, pero nunca tenemos un pensamiento constante y lo terminamos–, lo mismo hacemos con la vida. Siempre es igual: empezamos algo, llenos de pasión, hasta que ésta se enfría, y con ella nuestra premura por hacerlo; luego empezamos otra cosa y así constantemente. Al final, lo único que hacemos es agobiarnos y pensar «Qué he hecho? No he hecho nada», no miramos todo lo que hemos hecho.
Es mejor actuar poco a poco, dedicarnos en exclusiva a ello hasta acabarlo, disfrutar durante todo el proceso, estando presentes, sin fantasear –el motivo por lo que se hace (notoriedad, futuro…)–. Lo demás –todo lo que se nos vaya ocurriendo– se puede apuntar en un bloc únicamente dedicado a «nuestras ideas» –da igual lo locas que sean, las ideas más locas son las mejores– y ya se irá realizando, si se puede, lentamente. No hay que agobiarse poniendo plazos, simplemente saber que las ideas están ahí. A lo sumo, se puede poner un asterisco a las ideas más importantes, y una fecha a las que deban desarrollarse en un plazo determinado. Haciendo esto, valoraremos más todo aquello que hagamos: viendo resultados, progresos, empoderándonos de forma sencilla pero efectiva. Eso nos motivará para conseguir todo lo que deseemos, cada vez haremos más y más cosas, y más y más rápido.

También te puede interesar

¿Calor en el embarazo? ¡La culpa es del clima!

Bueno, bueno, bueno, aquí estamos de nuevo, navegando por las turbulentas aguas de la información ...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *