De las bondades del yogur han hablado numerosos estudios: se ha dicho que es muy rico en calcio, ayuda a reducir el colesterol, rebaja el riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer (como el de colon), combate las diarreas y el estreñimiento, favorece la absorción de grasas y un largo etcétera.
Ahora, según sugiere un nuevo estudio elaborado por un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (EE. UU.), una mayor ingesta de yogur por parte de hombres y mujeres hipertensos se asocia con un menor riesgo de que sufran en un futuro una enfermedad cardiovascular.
Ensayos clínicos llevados a cabo en el pasado ya habían demostrado los efectos beneficiosos que un consumo diario de yogur puede tener en nuestra salud cardiovascular. El mayor consumo de lácteos se ha asociado con efectos beneficiosos sobre las comorbilidades relacionadas con problemas cardiovasculares, como la hipertensión, la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina.
Los autores de este nuevo estudio estadounidense se basaron en los datos de 55.000 mujeres de entre 30 y 55 años y de 18.000 hombres cuya edad oscilaba entre los 40 y los 75 años. Todos ellos tenían una presión arterial alta.
Según los datos recogidos, una mayor ingesta de yogur se asoció con una reducción del 30% en el riesgo de sufrir un infarto de miocardio por parte de las mujeres, y esa reducción era del 19% en el caso de los hombres. Tomar más yogur y hacerlo a la vez que llevamos una dieta que en general sea saludable para el corazón se ha asociado con mayores reducciones en el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular en hombres y mujeres hipertensos.