Por Francisco Menchén Bellón.- La crisis que nos ha provocado la pandemia ha trastocado los planes de todos los SERES humanos. Ha paralizado el mundo que conocíamos y nos está obligando a repensar, reconstruir y reinventar nuevos futuros. Nuestras costumbres están cambiando de manera impredecible. La normalidad ya no existe, ha desaparecido. Ahora hay que crear una nueva realidad.
En tiempos de crisis surgen preguntas de todo tipo. Tenemos que tratar de no repetir los errores del pasado y en su lugar, empezar a caminar con nuevos retos. Nos toca poner grandes dosis de imaginación y atrevernos a superar todos los obstáculos. He aquí mi propuesta: En tiempos de crisis la mejor respuesta es activar tu Sistema creativo.
El Sistema creativo del ser humano no se descubre si no se activa, no surge por casualidad, necesita las condiciones propicias para que las ideas creativas fluyan. Es todo un proceso que empieza – usaré una metáfora – por preparar y arar la tierra, seguido de una cuidadosa siembra que hay que nutrir y esperar a que llegue la maduración, una epifanía de absoluta lucidez, para terminar con la cosecha, momento de recoger el fruto final. El proceso creativo no es lineal ni excluyente; es recurrente y pueden superponerse varias fases a la vez.
En tiempos de crisis hay que regular la energía creativa que fluye por los distintos planos vitales: físico, mental, imaginativo, energético y espiritual. Hay que generar y transportar la energía a las neuronas. Cuando el sistema se activa se inicia el proceso creativo y se conectan los distintos elementos que lo componen. Es una experiencia subjetiva que irradia una química especial a todas las células del organismo.
El Sistema creativo está compuesto por un modelo que denomino las cinco “Ces”: el cerebro es el “órgano central” donde las neuronas son las protagonistas; el corazón que regula la dimensión emocional; la conciencia, considerada como el “órgano del sentido” del ser humano; el cuerpo que es la base de apoyo que se mantiene enraizada a la Tierra y las creencias que de forma consciente e inconsciente influyen en los patrones que dirigen el comportamiento.
Hay que reconocer el gran potencial que constituye el Sistema creativo. Debemos comenzar el día sabiendo que todos los órganos que lo componen reciben los nutrientes necesarios para obtener el mejor resultado y generar el funcionamiento óptimo del organismo, de tal forma que le permita evolucionar satisfactoriamente. Cuando el cerebro funciona con coherencia, trabaja de manera más holística y tú te sientes más integrado.
Cuando hay coherencia entre el cerebro y el corazón se genera una sincronía que envuelve al cuerpo, a la vez que hace fluir la energía creativa. El sistema cuando genera energía proyecta un campo electromagnético, un campo de resonancia y permanentemente desarrolla una actividad eléctrica, magnética y química, que definen a la creatividad como un proceso activo de percepciones, asociaciones y experiencias.
Nuestro cerebro produce unos impulsos eléctricos que se extienden a través de nuestras neuronas. Estos movimientos provocan unos ritmos que dan lugar a las ondas cerebrales, creando un campo electromagnético que se encarga de regular su frecuencia, que se mide en hertzios. Al mismo tiempo, circula una determinada química, movida por los pensamientos, que mediante ondas transportan energía e información.
La función esencial del Sistema creativo es moverse en la incertidumbre, conectándose a través del inconsciente con lo más profundo de nuestro ser, mediante el proceso de indagación, innovación e investigación, entre otros. Estas acciones permiten descubrir indicios e insinuaciones, hasta que llega el momento de inspiración, que no se sabe ni cómo ni por dónde, pero que termina encontrando algo imprevisto, que produce un impacto impresionante: una nueva solución que en principio puede ser que se considere como inapropiado.
En momentos confinados como actualmente nos encontramos, no podemos quedarnos parados, es conveniente conectar con el Sistema creativo, dado que su función es procesar la información, proporcionar energía, armonizar la vida interior, conectarse con el universo y dirigir el comportamiento. De esta forma surgen en el cerebro nuevas redes neuronales que permite al sujeto cambiar sus conexiones habituales.
Para que se produzca el cambio es necesario activar el Sistema creativo, momento en el que se encienden en el cerebro más luces – neuronas -, haciendo que se produzcan más asociaciones que, aparentemente, no tienen relación, pero que generan nuevas oportunidades que amplían nuestro campo.
El Sistema creativo a través de las glándulas endocrinas estimula diversos mecanismos químicos que impactan a todas las células del organismo, llegando a cambiar el metabolismo, así como a facilitar o bloquear la creatividad. La serotonina, dopamina y oxitocina controlan el flujo de la información, mientras que el cortisol, adrenalina y prolactina pueden bloquear la creatividad si se produce un exceso.
Las dificultades siempre han sido un impulso para descubrir ideas originales y una oportunidad para superar la mera supervivencia. Las crisis son tiempos de aprendizaje, ya que nos obligan a salir de la zona de confort y nos impulsan a mantener la mente abierta y olvidarnos de lo convencional. A corto plazo, nos ayuda a combatir la pandemia. A largo plazo nos enseña una nueva forma de innovar. Ya lo decía EINSTEIN, el pensador más importante del siglo XX: “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
En tiempos de crisis descubre tu Sistema creativo
¡Atrévete!