Por Isabel María Campillos Pérez.- No necesitas nada externo que te ayude a encontrarte.
Dentro de ti yace todo un Universo, un conocimiento sagrado que te reconduce hacia tu poder más sublime.
No busques maneras para encontrarlo, no lo hallarás, pues este amanece sólo sin presionarlo.
Nadie puede forzar un amanecer, nadie puede perseguir la luna.
Tu podrás encontrar ese poder aquietando el mundo, sintiéndote en plena conexión con el.
Saliendo del programa subconsciente, desapegándote de la identificación.
No puede haber concepto ni identificación posible cuando eres un flujo constante de información.
Ese flujo eres tú, tu eres la información, la sabiduría recorre tu savia como pura energía.
De manera muy sutil, por eso para sentirla y descubrir tu potencial debes descargarte, soltar y aquietar esa mente perturbadora.
Como las olas del mar que van y vienen, a su ritmo.
Como el agua que cae bajo la cascada.
Simplemente sigue, como la bendita naturaleza que no fuerza nada, ni busca nada.
Sino se permite estar en un estado natural y virgen, libre de los juicios pero totalmente consciente.
Así debes estar, consciente para poder ver todo lo que hay en tu interior.
Para sentir lo más enquistado y lo más bello.
Para enbriagarte de ti mismo, pero sin ser nadie.
Simplemente sintiendo cada sentimiento, cada emoción, cada sensación corporal que te invita a despertar.
A despertar de la ilusión, de lo que crees que es tu vida.
A despertar de enjuiciar la vida de los demás, a dejar de perseguir destinos equivocados, a sentir el bombeo de tu corazón y la conexión con todas las cosas.
No sólo con las personas, sino con todos los seres sintientes.
Con tu Ser transcendental, ese que llegó a salvarte en tantas ocasiones.
Eres poder
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