Home » Artículos » Es sólo un punto y coma; la vida sigue

Es sólo un punto y coma; la vida sigue

Por María de los Ángeles Gómez Calderón.- Hace algún tiempo tuve una inquietud respecto al por qué una persona que vivió en un ambiente bastante funcional puede tan fácilmente sumirse en la desesperación llegando incluso a querer ponerle punto final a su existencia, mientras que otras personas que quizá tuvieron carencias a lo largo de sus vidas pueden ser resilientes, sobreponerse a la adversidad y tener el valor de aceptar las dificultades como parte de la vida misma.

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por situaciones difíciles, pero cada individuo percibe la realidad de forma única, incluso si dos o más personas han pasado por la misma situación, no podemos dar por hecho que todos afrontarán el mismo suceso de manera similar. Explicar nuestros patrones de comportamiento a raíz de nuestras vivencias, el aprendizaje adquirido a lo largo de nuestra vida o por mera herencia genética reduce al ser humano al nivel de un ente sujeto a un sencillo sistema donde todo puede ser explicado mediante causa y efecto. No estoy restándole importancia a los factores biológicos o vivenciales, sólo deseo explicar que dichos factores influyen en cierta medida en nuestra personalidad, sin embargo no son determinantes. Existen otros aspectos intangibles como nuestra visión actual de la realidad, la cual puede llevarnos a reinterpretar los eventos pasados alterándolos o deformándolos. Así es el ser humano, un ser de maravillosa complejidad que emerge de la interacción dinámica de todos los aspectos que lo componen, y aun conociendo dichos aspectos, no basta para abarcar el infinito mundo de la psiquis humana. Somos infinitos.

Con esto pretendo que meditemos un poco acerca del gran enigma de la mente humana, nunca demos algo por sentado pues podríamos llevarnos una gran sorpresa, evitemos suponer que “si esta persona vivió así, debería actuar así” porque no siempre es tan simple como parece. Y hablando de las apariencias, no puedo ser indiferente ante un acontecimiento tan delicado que sucedió hace exactamente medio año y una semana, una joven perdió la vida tras lanzarse de un séptimo piso, ella tenía su propio “blog de inspiración” en el cual escribía mensajes positivos con la finalidad de motivar a las personas a amar y valorar la vida y la naturaleza que este mundo nos permite disfrutar, a su vez siempre les hacía recordar a sus lectores que en ella tienen a una amiga a quien recurrir si están pasando por situaciones adversas o simplemente si se sienten un tanto decaídos y quisieran desahogarse un poco. Sin duda, se trata de aspectos que no podríamos vincular con la depresión o el suicidio. Es momento de crear consciencia sobre las enfermedades mentales, hacer visibles a los pacientes con depresión y selfharming. Es momento de poner un punto y coma, como cuando al terminar una oración y seguir con otra, en vez de poner un punto, el escritor decide usar un punto y coma. Es una metáfora de continuar y no terminar tu vida con un punto.

En la actualidad, con el apogeo del internet y las redes sociales, a muchas personas se les hace más sencillo insultar a otros por puro pasatiempo o porque simplemente no son conscientes del daño que pueden estar ocasionando, la típica acción cobarde de lanzar la piedra y esconder la mano, y si bien es cierto, algunas personas le restan importancia a los comentarios negativos ignorándolos por completo, otros pueden sentirse terriblemente lastimados, repercutiendo gravemente en su identidad.

¿Alguna vez te has puesto a pensar en el poder que tienen las palabras, los pequeños gestos y las más sencillas acciones? Muy pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre el impacto de aquellos detalles que recibimos o que podemos ofrecer de la manera más natural y genuina: un cálido abrazo, una palabra de aliento, un “eres importante para mí”, compartir pequeños momentos, actos que por más insignificantes que parezcan, pueden cambiar el rumbo del destino, pueden salvar una vida. Podemos sacarle el mejor provecho a las nuevas tecnologías para que trabajen a nuestro favor, utilizando las redes sociales como una herramienta mediante la cual podamos conocer gente de distintos puntos geográficos, conectar con ellos de manera genuina, que sientan que existe alguien que los entiende sin prejuicios, que los contempla como un ser humano semejante, sin las típicas etiquetas de razas, nacionalidades, credos o estatus sociales. Construir puentes con los demás es construir algo muy poderoso, como levantar una pancarta y decir: “no estás solo, yo también pasé por eso; yo te entiendo, es sólo un punto y coma, la vida sigue”.

También te puede interesar

Cuestionando la campaña de vacunación española

En medio del clamor de la propaganda mediática, la próxima campaña de inoculación de la ...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *