Por José Antonio Cordero.- Relataba la pareja su enamoramiento y encantamiento, lo bien que se sentían cada día y los momentos tan largos que se hacían por la ausencia, deseando volver a abrazarse.
Se esperó tiempo para alcanzar lo esperado, pero llegó, se hizo realidad la esperanza de sentir amor y sentirse amado. Y quién le iba a decir a aquella pareja que la desesperanza iba a volver por razones que sólo el camino conoce. Y de los días maravillosos se pasó a la tristeza y a la desesperación. Así es la vida basada en la esperanza, porque nunca se sabe cuándo volverá la desesperanza. Hay tantas esperanzas basadas en otras personas como en mejorar el status, comprarse una casa linda o un mejor vehículo, etc.
Las esperanzas basadas en lo ajeno tiene la recompensa del tesón, del enfoque, pero eso no evita que llegue la desesperanza. Cuanta amargura y tristeza se produce cuando la casa deseada se la lleva la riada, o cuando la persona amada desaparece o fallece. El dolor de la amargura de la desesperanza lo sabe el que la sufre. También es muy duro ver a personas mayores sufrir la soledad de la viudez.
La esperanza de una mejor vida y felicidad basada en lo externo tiene esas cosas. Es una inmadurez basar el bienestar y el amor en lo externo, o en otras personas. Los años no dan la madurez, ni los golpes recibidos.
El sufrimiento se adhiere a toda piel débil. La personalidad fuerte no tiene una epidermis dura, ni un con corazón de hierro. La personalidad se hace invencible cuando crece desde el sentimiento, y no desde las emociones.
Las emociones son las que crean las esperanzas, pero luego no evitan las desesperanzas ni el dolor. Se pueden trabajar las emociones para hacerse fuerte antes las adversidades, se puede trabajar la mente tal como un teatro mental, pero el gazpacho emocional no evitará el sufrimiento. La desesperanza se cuela ante las más listas y preparadas emociones.
Esperanza es una bonita palabra, suena bien, pero la vida no debe basarse en la espera, sino en la seguridad del caminar firme y seguro, saber que se está haciendo lo mejor, y sobre todo tener la mente abierta para tomar las determinaciones adecuadas. Esperar a que sucedan las cosas conlleva un alto contenido de vagancia y pasividad mental.
Se dice que no por mucho madrugar amanece más temprano, y es verdad, no por mucho presionar se van a conseguir las cosas antes. Alertamos a las muchas corrientes filosóficas y espirituales que sin darse cuenta caen en la pasividad y no saben lo difícil que es salir de ella.
La vida no es esperanza. La vida es Acción, pero también debe ser Descanso profundo. La vida es la combinación perfecta de Dinamismo infinito y Silencio Puro.
Hay que caminar con determinación hacia el tesoro del saber vivir, la certeza de lograr el tesoro se nota enseguida en los pasos de la confianza en sí mismo y en la seguridad de estar pisando el terreno y la vía adecuada. Confianza + Seguridad = Éxito. Los pasos del progreso son Descanso Profundo y Actividad dinámica. El dinamismo infinito no lleva nada de fricción ni de lucha.
La desesperanza viene hasta por fricciones leves, así como por construir castillos en el aire, y también por alimentar el mundo emocional. La inteligencia emocional se da cuenta de su insuficiencia cuando aparece la desesperanza.
La esperanza de vivir mejor quiere decir que en el momento actual no hay suficiente luz para distinguir o discernir el futuro. La inteligencia es una Luz que alumbra hacia adelante, las luces que alumbran hacia atrás no interesan a la evolución. La esperanza no deja de ser una fe ciega, una visión nublada.
Las emociones pueden llegar a ser fuertes remos que mueven con fuerza la barca de la esperanza, y se llega a puertos y se conquista oros, tierras, amores y personas. Pero la desesperanza se cuela y aparece inesperadamente. Y otra vez a volver a empezar.
La Inteligencia Pura es la Luz de la Vida, no hay haces oscuros, y además combina el Dinamismo infinito con el Silencio Puro.
La Inteligencia es distributiva y ordenada, da a cada uno aquello que le corresponde según sus acciones y apertura, y al mismo tiempo es ordenada porque evita el caos de la desesperanza.
La inteligencia es la que sabe discernir entre emociones y sentimientos, pero la mente débil y emocional confunde tantas cosas que para qué enumerar una enorme lista.
La esperanza en una vida mejor es como caminar con muletas, en cuanto se rompen nos caemos al suelo, las personas no debemos ser muletas de otros, debemos aprender a caminar. Qué error decir: “Eres la esperanza de mi vida”.
El paso firme (descansado) e inteligente (dinámico) camina por cualquier lugar y encuentra el paraíso.
Sal cada mañana al mundo desde el paraíso que habita dentro de ti, ese es tu único hogar, es inmortal; y luego camina, haz cualquier cosa que traiga felicidad, haz un mundo mejor.
La máxima evolución viene de las acciones sustentadas en el silencio del corazón.
Un abrazo familiar
============ CITA CON LOS GRANDES ===========
“La esperanza y el temor son inseparables y no hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor.” – François de La Rochefoucauld (1613-1680) Escritor francés.
“La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.” – Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filósofo alemán.
“Al deseo, acompañado de la idea de satisfacerse, se le denomina esperanza; despojado de tal idea, desesperación.” – Thomas Hobbes (1588-1679) Filósofo
“Mi querida más fiel fue la esperanza, que me suele engañar y no me deja.” – Ramón de Campoamor (1817-1901) Poeta