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Estrategias y ataques

1551718_658891067533389_5672313892014180905_nJosé Antonio Cordero.- Una semana después del 23-F un diputado comentó en una reunión privada: ‘la mejor defensa es un buen ataque’. Este discurso aunque sea con otras palabras se sigue desde hace siglos. Es un tremendo error de estrategia.

Es lamentable que se ataque para defender las ideologías o razones que cada uno profese. Es un fallo que acarrea graves consecuencias, tanto personales como colectivas. Un fallo para sí mismo, de forma privada, es un único fallo, pero cuando se publica se convierte en colectivo. Un fallo en una hoja escrita es un simple fallo, pero si se hacen 500 copias se convierte en 500 fallos. La repercusión de cualquier persona con responsabilidad pública que cometa fallos será igual al número de receptores. Los fallos estratégicos conllevan efectos de contagio y las personas que escuchan aprenderán a defenderse atacando, incluso de forma bravía. Los estilos son muy contagiosos, como los acentos y formas de hablar.

La frase de la mejor defensa viene de tácticas futbolísticas, que si fuesen bien entendidas y llevadas fielmente al plano personal, público o político el resultado sería totalmente distinto y las estrategias personales o políticas estarían dominadas por la elegancia, el buen hacer y transmitirían alegría, ganas de vivir y disfrutar. Ahora entremos en una lección futbolística para aleccionar principalmente a quienes multiplican sus errores vía medios de comunicación o parlamentos, por su alto poder contaminante.

En primer lugar nos gustaría cambiar la palabra atacar por avanzar o ir adelante (delantera) porque es más elegante como todo noble juego que avanza desde atrás, driblando adversidades, se avanza moviendo la pelota de un lado a otro, de izquierda a derecha, haciendo sus rombos, triángulos, pasando a la primera, porque el mejor avance es el más rápido en llegar a la meta. El juego consiste en saber usar de forma inteligente y rápida la circulación del balón, moviéndose de ‘izquierda’ a ‘derecha’ hasta que se encuentra el camino más corto para llegar a la meta. En ningún momento se contempla la marrullería, los golpes bajos, las patadas en la boca, ni romper las piernas ni costillas de nadie.

El que avanza no conoce enemigos, solo adversidades. El arte de avanzar para llegar a la meta es un método inocente, sencillo, lleno de inteligencia y mucha intuición para saber estar en el campo y elegir los mejores desmarques que ofrece tanto la ‘banda derecha como la izquierda’, teniendo en cuenta que la meta está en el centro de la línea final. Esta es la mejor lección de política que podemos extraer de tácticas futbolísticas. Todas las frases anteriores tienen un sentido profundo y en sintonía con toda Ciencia Política. Pero quienes se ponen las botas al revés y entienden las estrategias de otra forma, el resultado es que van dando patadas por todos lados, dando una malísima imagen y nada más que sus hinchas fanáticos se sienten orgullosos de ver a sus ‘enemigos’ abatidos por palabras hirientes o descalificaciones que no son parte del arte de avanzar. Así no se avanza, así se retrocede.

Si el que desea avanzar comete falta, lo que está haciendo es paralizar el juego de todo el equipo. La política no avanza cuando hay marrullería o patadas dialécticas. Cuando el lío es grande aparecen los ‘golpes Franco’, y se abren las puertas de los penales (penaltis) que dan al paredón.

Se pierde muchísimo tiempo cometiendo faltas tras faltas, así no se avanza nada y quienes observan se encolerizan en vez de disfrutar de una magnífico avance. Unos nacen con la habilidad de ir mejor por la banda ‘izquierda’ y otros por la ‘derecha’, hay distribuidores de juegos que son los llamados ‘cerebros’ o jefes que tienen la responsabilidad de dar la iniciativa a quien esté mejor posicionado para avanzar e ir hacia la meta. Los buenos deportistas se abrazan, independientemente de quien marque el gol, porque es el equipo el que gana. Pero el obstinado extremismo, sea hacia la banda izquierda o hacia la derecha tarda mucho en avanzar porque carece del juego colectivo. Se puede avanzar a base de empujar, de forzar, de pisar, pero esos avances no son victoriosos, y por muchas ‘primas suculentas’ que reciban nunca sentirán gloria.

El zorro se distingue por su estrategia de buscar aquello que le interesa para el beneficio propio y de su manada, pero no contempla si hace daño a otros o mata para alimentarse o ganar posición en su manada. El zorro sabe camuflarse y actuar cómo y cuándo le conviene, sabe dar el pego.

Pero quienes tienen buen olfato saben distinguir y ven más allá del ropaje que se utilice. Saber distinguir es una cualidad que carece la multitud, por esta razón las democracias no son exitosas. ¿Cómo distinguir al lobo del cordero? Si el sentido del ‘olfato’ no está desarrollado, una buena forma es examinar a quien desee ser titular del equipo nacional y es ver si tiene capacidad integrativa o discriminatoria. Si ataca de malas formas ya estará demostrando que barre hacia su terreno porque no tiene visión de conjunto.

Demostrará que no tiene capacidad de grupo cuando menosprecie a cualquier integrante. Seas diestro o zurdo, no se puede menospreciar a ningún miembro del equipo nacional. Si alguien destaca en algún momento por buenos éxitos y es aplaudido por una gran masa, cualquiera que se dedique a rebuscar sus fallos para tapar sus actuales éxitos puede ser considerado como un mal jugador, lleno de envidia. Muchos desean ser salvadores y son más bien un estorbo para el crecimiento.

La totalidad es más que la suma de las partes. Es el conjunto el que gana, hay ligas ganadas por equipos no millonarios. La riqueza de un pueblo se gana avanzando en grupo. Las malas artes llevan al ‘infierno’ a quienes no saben ser de primera. En la cabeza de la liga mundial caben todos los que sepan hacer su juego limpio; todos los que sepan integrar los valores humanos, sean zurdos o diestros aportarán sus habilidades en cualquier equipo. La escopeta nacional, un film, no es un arma de trabajo o acción, como la lengua bífida no es buena parlamentaria porque esconde mucho veneno bajo sus dientes.

El líder de la manada que no sepa integrar es un mal líder. Las democracias podrían ser la mejor salida para los pueblos, pero todas fracasan porque no se sabe elegir, y cuando se hizo algo bien se excitan grupos opuestos que van a dar caña y de nuevo todo el juego se paraliza. Importa más cómo es la conciencia colectiva que cómo es el líder de la manada, siempre es más importante el conjunto, por eso ‘la totalidad es más que la suma de las partes’. Uno, dos o doscientos líderes no son tan importantes, lo importante es que el conjunto de la nación se vaya formando y sea de primera. Un buen delantero se distingue por sus rápidos reflejos, inteligencia, creatividad y una salud extraordinaria.

Un buen componente del equipo nacional (cualquier ciudadano) se distinguirá por esas cualidades que se ganan con una completa educación, una sana alimentación y una vida saludable. Educación y Salud son los pilares del mejor conjunto nacional. No hacen faltan muchos millones para sacar al equipo adelante, lo que hace falta es formar a un gran conjunto, porque en el arte de avanzar y salir adelante se requieren muchos reflejos mentales, mucha capacidad de visión global y una perfecta salud, eso es todo. Los incentivos dinerarios que vengan de la junta directiva para mejorar el rendimiento del equipo es tirar el dinero. La inversión debe hacerse en la persona, para sacar en cada uno esa capacidad de innovar, de intuir los movimientos necesarios para salvar las adversidades que puedan venir.

Hay mucha responsabilidad en cada uno, porque cada uno es un miembro importante del equipo. Hay que fijarse en uno mismo para ganar visión de conjunto y por supuesto dejar de atacar a diestro y siniestro. Y hacer saber a cualquiera que desee ser líder de la manada que será ignorado si carece de visión de conjunto, cualidad que nace espontáneamente en una consciencia expandida. Será un buen líder cualquiera que sepa moverse en el campo y distribuya el juego a izquierda y derecha, y que priorice llegar pronto a la meta.

Ya estamos viendo que las viejas estrategias se están resquebrajando y se buscan nuevas iniciativas, ahora muchos quieren subirse a un carro que no supieron manejar. Nuevos y bien formados aurigas serán capaces de avanzar sin aplastar a nadie. Un viejo auriga puede aprender y hacerlo bien, aunque le costará olvidar sus erróneas estrategias. Todos tenemos la habilidad para avanzar, todos debemos avanzar. Las viejas formas de atacar no hay que seguirlas ni imitarlas. Levantar una copa da alegría en ese momento, semanas después todo quedó en el olvido. Los éxitos del ayer no estimulan, estimula jugar hoy y mañana. Está en juego nuestra Felicidad y Bienestar. La vida es un juego muy limpio y saludable, es un juego que es precioso cuando es preciso, cuando se hace aquello que debe hacerse, cuando se avanza por donde hay que ir en cada fase de la vida. La inteligencia es la mano que toma las riendas de un destino que se hace en cada instante. Los caballos, o horses powers, son los motores que la propia naturaleza pone a nuestra disposición para avanzar más rápido, es el regalo de doctorado como verdaderos aurigas.

_________________ CITA CON LOS GRANDES ________________

“La invencibilidad radica en la defensa, La posibilidad de victoria radica en el ataque.”
-Sun Tzu
————————— Nota de Agricultura Védica——————–
La invencibilidad radica en la inmunología física y mental. La victoria está en el arte de hacer, incluso haciendo menos para lograr más.
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“No es muy difícil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir.”
… /…
“Sólo la inteligencia se examina a sí misma”

– Jaime Luciano Balmes

—————————– Nota de Agricultura Védica—————–
Los inteligentes se auto-examinan. Los torpes pasan el día examinando a otros y nunca se presentan al suyo.

La capacidad de evaluación depende del nivel del evaluador
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“Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer las respuestas”.
– Confucio.

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