Un estudio de la Universidad de Durham revela el impacto negativo que pueden tener las muñecas en la imagen corporal que los niños adoptan como “buena”.
A diferencia de lo que puedan significar para los adultos, para los niños, los juguetes son la vía de aprendizaje a cerca de la realidad e identidad; mediante su uso, ensayan las dinámicas sociales para el futuro.
Por eso, al igual que las armas de juguete podrían incitar a la violencia, las muñecas con una cierta tipología corporal tienen un impacto importante en la construcción mental que los niños tienen y tendrán de si mismos; lo más usual es encontrarnos muñecas con cuerpos sumamente irreales y poco comunes, lo cual ocasionará, con casi toda seguridad, problemas de autoestima al no poder alcanzar el estereotipo. Todo esto podría crear insatisfacción, ansiedad, depresión, o incluso podría ser la fuente de trastornos alimenticios como la bulimia o la anorexia.
Sin duda, a través de este estudio se hace un llamado de atención a la industria juguetera: los niños necesitan juguetes que les ayuden a afianzar conceptos positivos y, por supuesto, juguetes de todas las tallas, etnias y géneros.