Por Felipe Rocha.- En la etimología de la palabra solución se encuentra la solución a cualquier problema. La palabra solución es la acción y efecto de disminuir la concentración de un cuerpo o sustancia mezclándolo con un líquido, el cuerpo o sustancia es nuestro problema o situación que está hecho de puntos de vistas, percepciones, y experiencias subjetivas que se han solidificado interactuando de manera dificultosa con nuestra realidad, este cuerpo de problema necesita ser disuelto en una solución, cuando disolvemos un sólido en un solvente , la materia disuelta o más densa se separa y se mezcla con el líquido, asimismo nuestro problema debe ser observado, separado y desmenuzado para que se disuelva en el líquido de nuestra propia realidad, el líquido que desmenuza nuestro problema podría ser la observación sin juicio de lo que ocurre, elevar o cambiar nuestra percepción de lo que acontece y ampliar el mapa general de la información que tenemos sobre nuestra cuestión problemática.
Solución constituye también la acción y efecto, de modo que ante un problema, el líquido disolvente de este es la acción, puesto que toda acción cambiara el panorama vital de nuestra vida ya que la acción ejercida tendrá su propia reacción o efecto sobre el problema en cuestión.
La palabra solutus es el participio del verbo solvere el cual significa soltar o liberar, de modo que la solución a un problema se encuentra en soltar y liberar ese problema, se conoce que cuando queremos controlar una situación verdaderamente no tenemos el control y cuando soltamos algo es cuando si tenemos el control, hemos de reconocer que existen partes de nosotros que pueden resolver ciertos aspectos de nuestra vida, ya que no solo contamos con un cuerpo y una mente, estamos hechos de más información que esto, tenemos aspectos metafísicos superiores a nuestros sentido primarios.
De esta forma contamos con tres herramientas para abarcar un problema en nuestra vida a partir de su etimología. La primera de ellas es disolver el cuerpo del problema con la observación sin juicio y al elevar o cambiar nuestra percepción.
La segunda es la acción sobre nuestro problema la cual traerá o generara sin duda una reacción que cambiara nuestro panorama vital esta puede ser una buena decisión inspirada a partir de la observación o meditación.
La tercera es liberar el problema esto requiere de confianza y desapego de los resultado, podremos llamar a esto simplemente soltar, derivar u orar. Podemos ejercerlas todas, claro. Observar el problema y desmenuzarlo, tomar una acción correcta para esto y finalmente soltar los frutos de nuestra propia acción y confiar.