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Farmacéuticas: caza de brujas

Por Josep Pámies.- Las Farmacéuticas tienen miedo. Perciben que sus «clientes» se les van. De momento aún no es grave, pero es un goteo constante que va «in crescendo» de manera imparable. Como ese pequeño murmullo de un río que ellos presienten que puede acabar en desbocada catarata.

Por qué?

Llevamos más de 70 años de Quimioterapia. Cada año, los ensayos en diferentes fármacos antitumorales dejan beneficios multimillonarios en las arcas de Bayer, Roche, SANOFI, Pfizer….Pero la gente sigue muriendo de esta maldita enfermedad: Pablo Ráez, o Bimba Bosé sólo son dos casos que atestiguan el fracaso estrepitoso de las líneas de investigación actuales en la lucha contra el cáncer.

Pero: por qué falla la Quimioterapia?.

Cada año se celebra dentro del mundo de la oncología el Congreso de la Americana Society of Clinical Oncoloy (ASCO).

En dicho Congreso, médicos oncólogos e investigadores de todo el mundo presentan datos sobre las moléculas que la Gran Farma ensaya sobre pacientes en hospitales de casi todo el planeta. A los ponentes se les paga el Congreso, los hoteles, los vuelos, la comida…Y, en ocasiones, algunas otras caprichos que todos saben pero que nadie, por pudor, admite en voz alta.

Pero no es gratis. Hay un precio para todo este lujo, este desenfrenado boato. Cuál es?

El precio es que SÓLO se presenten datos con moléculas cuya patente pertenezca a las grandes empresas Farmacéuticas. Es decir, a los médicos no sólo se les «trata bien» en estos congresos. Se trata, pues, de un mal disimulado SOBORNO.

Cómo funciona un ensayo clínico oncológico?.

Cuando aparece una nueva molécula que desea ensayarse en hospitales de todo el mundo, se abre un periodo de reclutamiento de pacientes con distintas neoplasias. El director del ensayo clínico puede llegar a percibir de la Farmacéutica, por paciente reclutado en dicho ensayo, unos seis, siete mil euros limpios.incluso más.

Como comprenderéis, estos pingües beneficios justifican las encarnizadas luchas intestinas dentro de los hospitales entre oncólogos, que se disputan los pacientes como tiburones un buen trozo de carne fresca.

Pero el desmadre no acaba aquí. El hospital también recibe inyecciones millonarias de dinero por realizar el ensayo clínico dentro de sus instalaciones. Si el ensayo obtiene datos positivos, la Farmacéutica volverá a contar con ese hospital para nuevos ensayos clínicos con ésta ésta otras moléculas en el futuro.

Vamos comprendiendo cuál es la raíz del problema?

Ante tamañas ganancias, la tentación de «modificar levemente» los datos estadísticos del ensayo para «decorar» los supuestos beneficios de dicha molécula ensayada es demasiado grande. Ocurre. Y ocurre con DEMASIADA frecuencia.

Este es el motivo de que tantas promesas contra el cáncer, tantas loas a la investigación científica, tantas esperanzas puestas en la quimioterapia hayan quedado rotas dentro de esa espiral de dinero y multimillonarios beneficios.

Pero la gente lo percibe. Poco a poco, en el subconsciente colectivo se abre paso la idea de que algo no funciona. De que una persona con cáncer no es un paciente para la Gran Farma. Es un CLIENTE. Y cuando nuestra vida está en juego nosotros no deseamos este trato.

Poco a poco aparecen personas como Josep Pamies o el Dr. Alberto Martí Bosch que empiezan a hablar de alcalinidad metabólica frente al cáncer y otras enfermedades. El año 2009, la revista científica Science publicó que la restricción calórica extendía la esperanza de vida y la resistencia a la enfermedad en primates. Parece ser que se produce un «reseteo metabólico» a nivel celular qué es capaz de aumentar nuestras defensas El ano 2015, la revista MEDICINE publicó que la simple restricción calórica es capaz de modular la diabetes tipo 2 en humanos.

Podemos contar así cientos de publicaciones científicas que vienen a dar la razón a un hombre que ganó el Nobel en 1931. Un alemán que trabajaba en el metabolismo del cáncer en plena Alemania Nazi: el Dr. Otto Warburg que postuló que en un medio ácido y ausente de oxigeno, las células normales se transformaban en tumorales y obtenían su energía principalmente de la glucosa. Según sus propias palabras, «esta regla no conoce excepción».

Algún día, me extenderé en este u otro medio en contar las evidencias clínicas y científicas que apoyan al señor Warburg Lo que aquí ocurre con Josep Pamies o el Dr. Martí Bosch no es una defensa del paciente por parte de médicos a sueldo de la Gran Farma. Es simplemente una enconada «caza de brujas» macarthiana para impedir la pérdida masiva de clientes, de jugosos beneficios clínicos. En reumen’ DINERO.

Pero lo que aún no consigo.prenden las grandes Farmacéuticas y los médicos controlados por estas es qur, como decía Elvis Aarón Presley, «la Verdad es como el Sol. Puedes ocultarla por un tiempo, pero no va a desaparecer».

Siempre habrá médicos e investigadores con principios. Qué luchen denodadamente  por mantener su moral y su integridad. Y la misión que éstos tienen es más complicada y peligrosa ahora que jamás antes en la Historia de la Medicina y la Investigación.

Porque Hipócrates ha sido traicionado, apuñalado por sus hijos como Julio César lo fue por Bruto en los idus de Marzo.

Pero siempre habrá quien opine que «en tiempos de engaño Universal, decir la Verdad es un acto revolucionario».

Josep Pámies

https://joseppamies.wordpress.com/

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