
Por Paz Morgam.- Feng Shui te ayuda a mejorar y liberar esos programas de los excluidos en una familia, es una forma de accionar para romper las memorias. (al final hay recomendaciones).
Representar el papel de un excluido te quita toda la abundancia y prosperidad de la que puedas merecer para disfrutar en tu vida.
Te genera sentimientos como envidia, celos, sensación de injusticia con más frecuencia de la que desearías.
Sientes como si no tuvieras derecho ni permiso para ser feliz y vivir dignamente porque las cosas se caen constantemente, como si no tuvieras suerte en la vida.
Te puede llevar al abismo con una sensación de impotencia devastadora si no lo cambias.
¿ERES UN EXCLUIDO O TE SIENTES COMO TAL?
Excluido: prescindir de ti. Rechazado. Expulsado. Quitarte el valor y el reconocimiento que, en verdad, mereces. Te quitan importancia. Quitarte la palabra. Quitarte el sitio. No tenerte en cuenta. Los demás importan más que tú, igual, hasta sientes que no importas nada. A los demás les va bien y, a ti, pareciera que la vida sólo te da una de cal y otra de arena como premio o castigo, algo raro sucede contigo.
Parece que los demás, normalmente, son más importantes que tú.
Te escuchan pero no te da la sensación de que aprecien tus palabras o que estas sirvan para algo porque todo vuelve a ser lo mismo. Como si lo que aportaras fuera interesante pero se queda en eso, no se abren los caminos.
No dejas de vivir detalles en los que te sientes como si la vida se olvidara de ti…
Te dicen cosas y no las cumplen y sientes que no importa lo que tú sientas…, no cumplen lo que te dicen…
Al final, los demás resultan más interesantes o valiosos que tú y el prestigio y la atención se va hacia ellos, aunque sean temas banales.
El protagonismo no forma parte de tu vida pero, además, te avergüenza o te sientes muy incómodo cuando te permiten (en alguna ocasión) cierta oportunidad para ser protagonista.
No te sientes el protagonista de tu vida.
No te sientes importante en tu vida.
Se olvidan de ti totalmente o sólo en ciertas cosas pero se olvidan, aunque te digan que no.
El excluido puede acabar excluyendo a los demás también, su propia vida y la vida en general porque perciba que no la merece y, sobre todo, porque es dolorosa.
Una persona podría ser un excluido total (en todos los aspectos de su vida) o sólo en algunos y puede que sea así realmente o que se trate de cómo lo siente. Real o ficticio.
Es un perfil de persona abandonada por …, la familia, los amigos, la sociedad o que se siente abandonada, al final, siente que nada funciona.
Abandonado en la atención, en lo que necesita, en lo que merece…
El árbol familiar (el clan) no puede permitir que haya excluidos y, aunque para nosotros, pudieran cometerse actos imperdonables, para Dios o el espíritu no lo es, por ello, rechazar, abandonar, hacer como si no existieran o no hablar de … nunca, está condicionando todo nuestro sistema familiar. Criticarlos y maldecirlos. Tomarlos por muertos…, eso es excluir y el inconsciente familiar lo tiene que solucionar.
Esto resulta muy duro de aceptar, casi inconcebible pero, si lo pensamos bien, seguro que todos hemos asesinado, robado, mentido, traicionado y un largo etcétera en otras vidas, si es que no hemos hecho ya algo de eso en esta. La crítica también forma parte de esa exclusión y, todos, de alguna u otra forma, estamos excluyendo cosas, personas, actitudes… diariamente.
Se trata de aceptar al que cometió los actos indeseables o al indeseable aunque te retires pero, como miembro del clan, hay que darles su sitio. El que existió, existió porque nació y no hay más. Y, el que no llegó a nacer también existió, aunque no llegara a nacer, no hay más.
Si ha nacido en una familia, tiene el derecho lícito de pertenecer a ella aunque, físicamente hablando, uno decida separarse o apartarse de esa persona por el propio bien y por todas las lecciones que vengamos a aprender.
Cuando empiezas a entrar más en temas del espíritu, vas entendiendo mejor aunque cueste aceptar y asimilar, sobre todo, como confirmes que tú mismo estás representando a excluidos de tu familia en algunos aspectos de tu vida y con algunas personas.
Ojo al detalle: alguien que es definido por la sociedad como persona en riesgo de exclusión ¿Qué significa? pues tal cual lo expresa la palabra: riesgo de exclusión, de ser excluido y su causa espiritual está en los excluidos familiares y, tal vez, sociales. ¿A quién está representando?
Ahora me dirijo directamente a ti, si estás leyendo esto y te resuena algo de lo que has leído o sospechas que puedas ser uno de ellos, quizás te preguntes, bien y ¿ahora qué?
Estas son mis recomendaciones con algunas herramientas que representan “accionar”, tomar acción para ir resolviendo los asuntos que correspondan:
- Escribe en un papel en forma de carta o cualquier tipo de escrito, palabras sueltas, frases…, cualquier forma en la que te salga expresar lo que sientes. Todo lo que te sucede y te hace sufrir, estar preocupado, ansioso, angustiado, nervioso, etcétera.
Escribe lo que te salga del alma y le pones un vaso con agua encima llenado en sus ¾ partes. Cambias el agua mañana y noche, como mínimo. El papel (carta, frases…) sólo lo cambias o añades más si te vienen cosas nuevas y lo pones encima del anterior pero sigues poniendo el vaso con agua encima de todos los papeles (herramienta de Ho’oponopono)
- Vas a tener que observar qué te empieza a suceder porque aquello de lo que tengas que darte cuenta llegará a través de personas o circunstancias que te harán sentir de una forma determinada para que veas el drama que hay detrás, la emoción heredada, el conflicto sin solucionar… Y, lo que no necesites ver, simplemente se borrará. Llevará el tiempo que tenga que llevar y que sólo Dios sabe cuánto es, el tiempo de Dios “kiros”.
Cada vez que te acuerdes de lo que te pasa y te sientas mal, rabia, enfado, tristeza…, puedes practicar las palabras gatillo de Ho’oponopono como “papel para moscas”, “flor de lis”, “llave de luz”… (en Internet puedes encontrar toda la información sobre las palabras gatillo) Cuando estés en paz con eso te darás cuenta de que ya no necesitas poner el papel escrito y el vaso con agua encima ni decir palabras, hasta se te olvida.
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- También puedes acudir a algún especialista o terapeuta que entienda esta perspectiva y que te ayude a sanar tus heridas. Hacer algo para ayudarte. Utilizar la escritura…
- Tú no tienes sólo tu mente, también están los síntomas de tu cuerpo y puedes manejarlo desde la perspectiva, por ejemplo, de Biodescodificación que te va a hacer entender la emoción que hay detrás del síntoma. El caso es que traduzcas o sepas escuchar a tu cuerpo. Después, para liberar emociones puedes buscar formas o técnicas, la mía es EFT y Ho’oponopono, principalmente.
Armoniza tu casa. Tira, ordena y limpia, para empezar… LO MÁS FÁCIL DE TODO
Si puedes, aprende algo de Feng Shui y añade temas de organización como el método KonMari. Este ha sido mi último paso y que, ojalá, lo hubiese hecho antes pero, claro, las memorias y programas limitantes me tenían dominada y lo reflejaba en la incapacidad de ver lo que mi casa necesitaba y lo que me estaba mostrando.
Temas como la descodificación ambiental que es la unión de Biodescodificación y Feng Shui, son de una gran ayuda. El Feng Shui por sí mismo, te puede dar el impulso y la liberación suficiente para trabajarte a nivel interior porque quitas el obstáculo o barreras que representas a través de la materia, la casa.
Puede que aparezcan emociones (sentires) y tendrás que gestionarlas. Recuerda que estás moviendo energías cuando mueves tu casa pero también te estás ayudando, estás utilizando tu casa para beneficiarte y no tanto para perjudicarte. La sensación de liberación y quietud que puedes sentir al aplicar esto, como comienzo, no tiene precio y piensasas: «ojalá lo hubiese hecho antes”