Por José Antonio Cordero.– El sol no llegó a pensar que para nosotros llegaría la noche y que desaparecería de nuestra vista. El padre en su época de brío no pensó cómo sería de abuelo y que luego desaparecería de nuestra vista.
Donde hay vida siempre hay un ciclo. Hay momentos para el encuentro y hay momentos para ocultarse. Nada desaparece, todo se transforma, todo cambia. Evolución significa falta de detención, el movimiento continuo caracteriza a la evolución. Hay movimientos que parecen no moverse y otros que sí se manifiestan, en mayor o menor tiempo.
Esta semana se habló mucho de fin de ciclo. Los ciclos pueden ser largos, medios, cortos o muy cortos. Mañana será un nuevo día, pero ayer jamás volverá. Hoy estamos haciendo esto y mañana tendremos que hacer otra cosa. Hoy vivimos aquí y mañana podríamos vivir en otro lugar. Lo importante es avanzar.
Ciertamente todo es posible, pero deberíamos evitar los ciclos sin felicidad. Las dudas se apoderan de la mente que aprecia una parte del ciclo y lo hace deprimente. El secreto para ser feliz en la vida reside en la comprensibilidad, pero ha de ser completa, es decir, comprendida por hechos científicos, objetivamente verificables, pero sustentada por la experiencia subjetiva. Ninguna ciencia surgió de un vertedero, surgieron de la visión profunda, de esa percepción que va más allá del limitado intelecto. Cuando la comprensión es profunda, el Eureka te hace saltar de felicidad. La mayor adicción de la mente es la felicidad y cuando le falta hace tonterías y pasatiempos. Más evolución es más felicidad, la mente busca siempre campos de felicidad de forma automática, es su tendencia natural. Cada fin de etapa tiene su razón de ser. Su incomprensión sería un acontecimiento triste.
Cada cosa que se hace, lógicamente, ha de tener su fin, y luego tocará otra cosa y así sucesivamente. La madre hizo el más rico pastel, pero no se debería llorar cuando se comió. Mañana tocará otra cosa, aunque sea diferente. El secreto está en saber saborear los platos que nos pone la vida por delante. Una señora de ochenta años dijo hace unos días que su infancia fue feliz y muy divertida, que había mucha unidad familiar, y que muchas veces la madre les decía a todos que no vinieran a comer porque no había nada en la casa. Comían cardillos y otras hierbas, y algunas frutillas que pillaban por los caminos. Sus pies no conocían zapatos, pero fueron felices, la cama era un saco de paja, pero reían al dormir. Comprender los ciclos y superarlos con felicidad es un arte que está en la propia persona. Un ciclo no es una condena, es una oportunidad.
Un amigo de nuestra agricultura vino a vernos después de que le extirparan su páncreas canceroso. Meses después su médico le dijo que viviría muy poco, su cáncer se había extendido al hígado. Cada día estaba más deteriorado. Decidió aprender la Meditación Trascendental, que aquí enseñamos por las tardes, y el primer día, después de practicar 20 minutos, comentó: “he tenido grandes experiencias en mi vida, he reído, he sido feliz en muchas etapas, también he sufrido, pero lo que me ha ocurrido hoy jamás lo había experimentado, nunca he sentido una felicidad tan grande”. Al segundo día del curso, ya sentado en la silla daba síntomas de fuertes dolores en la zona del hígado, él sin decir nada, se doblaba un poco, pero seguía atento a la clase, después cuando comenzó a practicar la técnica comentó que la experiencia de felicidad había sido extraordinaria y que el insoportable dolor de hígado había desaparecido. Dio las gracias a Maharishi por el arte de trascender que había aprendido. Esto muestra que incluso en un duro final de etapa se pueden alcanzar grandes momentos de gloria y felicidad. En el momento más difícil de su vida decidió dar el paso que marcaría su vida para siempre. Los ojos, como todo lo que sea físico, tienen su fin de ciclo. Pero hay algo que permanece en el tiempo, en la eternidad, y eso es la parte individual, llámese alma o conciencia individual, enriquecerla, siendo consciente de ella, es el secreto de la felicidad.
¿Por qué toda etapa comienza desde cero? Todos los números suceden desde el cero. Su dibujo representa su auténtico valor, describe su grandeza, su línea circular, que no tiene un principio ni fin, contiene un vacío total. La línea o sucesión de puntos, representa un movimiento continuo, imperceptible, inalterable, la eternidad vive en el cero y abriga su espacio vacío, nada, un silencio total abrigado por un dinamismo infinito. El círculo lo hace invencible, pero como una célula, desde dentro de sí, genera 1 célula, 2 células, 3 células, así crea todo. El cero es el principio de etapa y también es el fin. Ilimitadamente crea una y otra vez. Cada número es familiar, pero cuando el 1 o el 2 no conocen su origen es cuando montan su numerito y se vuelven reivindicativos. Si los numeritos son multitud que ignoran su familiaridad, con seguridad sucederán guerras y otras formas irracionales.
Si llegó la noche y la tristeza es grande, difícilmente la alegría amanecerá, pero se puede enmendar, todo es posible. Si al llegar la noche se produce un cambio importante y se conquistan parcelas de felicidad, todo eso amanecerá. Nunca es tarde. Los ciclos por muy grandes que sean, contienen micro espacios. Nadie debería sentirse perdido o destinado al sufrimiento para siempre; el número 9 parece estar más alejado del O y el 1 se cree el más afortunado, pero eso no es así, porque el cero también está entre el 8 y el 9, aunque no se vea. Entre un número y otro siempre hay un espacio, y allí está el 0 igualmente. En cualquier fase de la vida, en cualquier situación, siempre hay un momento para encontrar nuestro origen, y allí está disponible nuestra eternidad gobernada por un silencio interior profundo, que lo entiende todo, porque es la causa de todo.
¿Por qué dejamos para mañana aquello que debemos hacer hoy, o mejor dicho ahora? La vida no es complicada, la hacemos así. La felicidad es espontánea cuando se comprende. Por eso al trascender, lo normal es encontrar la mayor felicidad, porque se conoce el origen.
Un abrazo familiar
Dr. José Antonio Cordero
Director
AGRICULTURA VEDICA MAHARISHI
Nerja, 21 de junio de 2014