De aquí a 2030, Francia plantará 1.000 millones de árboles adaptados al clima futuro, teniendo en cuenta en particular el aumento de las temperaturas y los nuevos regímenes de precipitaciones con sequías más frecuentes y mayor riesgo de fenómenos extremos.
Esta acción se encuentra dentro de los grandes ejes de la Estrategia Nacional de la Biodiversidad del país, que prevé hacer de la conservación de la naturaleza un reto colectivo
Francia se ha marcado el objetivo primero de disminuir en un 50 % para 2030 el ritmo de artificialización de suelos a costa de espacios naturales, agrícolas y forestales, para llegar al 100 % en 2050.