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Halagar, alabar y ecuanimidad

halabar-alagar-ecuanimidadPor José Antonio Cordero.- En el deporte, como en el trabajo, como en la vida social y familiar los halagos y alabanzas son de uso frecuente. El estudiante es animado con palabras de elogio de sus profesores, los hijos con las bonitas palabras de los padres, el entrenador incentiva a sus jugadores para hacerlos tan buenos o mejores que sus rivales, en el trabajo los jefes de sección estimulan a los suyos.

La dureza laboral no trae buenos resultados, aunque algunas veces se necesita una grúa para mover al trabajador desanimado y cansado de su vivir o vidorrio, que del propio trabajo.

Está comprobado que halagar trae buenos resultados. Todo lo que sea vivir en un ambiente cálido y armonioso es propicio para cualquier actividad que se realice. Hasta el general hacía correr más al guerrero en la batalla, sabiendo que corría hacia la muerte. La fuerza de la palabra ha sido siempre un arma que bien guardada y dicha en el momento oportuno crea un resultado óptimo o nefasto, según sea su contenido.

El entrenador necesita adular más al peor jugador que al mejor. Hay jugadores tan poderosos que no necesitan nada más que demostrar lo que llevan dentro, fuerza y talento. El mejor deportista del país se caracteriza por su fuerza mental y por sacar fuerzas de flaqueza en los momentos difíciles. El ‘flojo’ no entra la pelota ni en la provincia. La vida es un juego para ganadores, y siempre triunfa quien compite con el mejor estímulo y propósito. Un niño agrada cuando va a gatas, pero da lástima cuando lo hace de mayor. La adversidad aparece en el momento menos esperado y ahí debe aparece el actuante para hacer valer su poderío, su ecuanimidad.

Los halagos pueden quedar en el olvido cuando aparece inesperadamente la adversidad y ante situaciones adversas es el actuante quien debe tomar la iniciativa. Las alabanzas son positivas, pero en muchos casos los excesos son innecesarios, sobre todo cuando van dirigidos a un ser que consideramos superior. El padre o madre se alegrará de la bonitas cosas que escuche, pero el Padre Celestial seguirá en silencio, agradecido, pero más feliz sería si el alabador llega a realizar su vida tal como fue diseñada. La madre igualmente se alegra y abraza a los hijos que la alaban, pero la madre natura o madre divina también permanecerá ecuánime, y más agradecida quedará si su tierra no es maltratada. El que tiene auto-satisfacción, como el que vive en Conciencia de Bienaventuranza (dicha, felicidad y plenitud) no precisa de alabanzas.

Halagar es bueno, pero si requiere insistencia el resultado puede ser perjudicial, porque el halagado no debe basar su impulso o movimiento en quien le enseña o le manda. La dependencia en este sentido no es buena. El que enseña o dirige debe animar y estimular, pero sobre todo debe enseñar dónde está la fuente de la estimulación personal. El profesor no debería asumir el papel del alumno, algunas veces está bien, sobre todo cuando hay conflictos familiares que afecten al alumno, pero la finalidad educativa es que el que aprende avance cada día hacia la auto-suficiencia.

Igual que un niño muestra síntomas de debilidad cuando requiere de halagos continuos, una persona mayor muestra su debilidad cuando requiere de continuos “te quiero” o de “eres una belleza”. El amor es ecuánime, vive en el corazón y no viene de la palabra. Si se dan muchos regalos podría ser por miedo a perder a la otra persona. El amor no se compra en el bonito Corte Inglés, si depende de los regalos, el corte de mangas puede llegar en cualquier momento. Los halagos son buenos, pero si son necesarios será por debilidad, insatisfacción o conflictos internos. Las palabras bonitas son antidepresivas, pero tantas pastillas hacen que el propio cuerpo y mente no sean capaces de retomar sus propios recursos naturales. La morfina calma el dolor, pero las endorfinas (neurotransmisor, recurso natural interno que alivia el dolor y aumenta la felicidad) también lo hacen y no crean ni adicción ni dependencia.

Un equipo perderá su división si necesita estímulos todo el tiempo, una familia interdependiente quebrará por algún lado cuando falten las flores o regalos. La democracia no será nunca plena y el país será pobre si sus ciudadanos han sido criados en la dependencia. Independencia no es marcar una nueva frontera, reside en la autosuficiencia, que nada tiene que ver con suficiencia económica, sino no sería autosuficiencia. Hay otro tipo de neurotransmisores que deberían activarse para hacer a los pueblos libres y menos dependientes. El potencial humano cuenta con una urna interna, en donde están las mejores papeletas, que resuelven con eficacia cualquier momento difícil o inesperado. La urna de la sabiduría es el recurso, cualquier otra cosa será pan para hoy y hambre para mañana.

‘Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’. Un César se vanagloria con un voto, pero Dios se hace más dichoso con nuestra iluminación. ‘No-ser o Ser, he ahí la solución’.

Un abrazo familiar.
JOSÉ ANTONIO CORDERO
Director
AGRICULTURA VEDICA MAHARISHI

_______________ CITA CON LOS GRANDES ______________

“La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos”
-Lope de Vega

“No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más. No eres más santo porque te alaben ni más vil porque te desprecien.
– Tomas de Kempis

“Los cuervos devoran a los muertos y los aduladores a los vivos”
– Antístenes

“Puedes censurar a un amigo en confianza, pero debes alabarlo delante de los demás”.
“Mal haces si alabas, y peor si reprendes una cosa que no entiendes bien”
-Leonardo Da Vinci

“Sería mucho mejor para nuestros distinguidos antepasados alabarles con menos palabras y con más acciones nobles”.
– Horace Mann

“No alabemos más que aquello que enseña a ser mejor”
-Vittorio Alfieri

Nerja, 19 de septiembre de 2014

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