Por Isabel María Campillos Pérez.- El tacto es otro de los sentidos que apaciguan el espíritu ajetreado.
Es la caricia una de las grandes curanderas de heridas no resueltas y emociones revueltas.
Cuan puede sanar una caricia, a tiempo.
Qué necesaria es la expresión de lo que hay en el corazón.
Hacerse sentir es necesario.
La otra persona requiere de tu presencia y tu esencia única.
Quiere sentirse escuchad@, amad@.
Todas las personas quieren sentirse dignas:
No tratéis mal a las personas,
No permitáis que os traten con desprecio.
El tacto lleva información al corazón de la otra persona, llega a cada célula de su cuerpo el amor proporcionado como un misil de rescate incondicional.
No creáis que es para nada coger una mano o pronunciar una palabra amorosa de antemano.
No penséis que lo que vais a hacer no sirve de nada porque la otra persona puede sentir «de mucho».
Entender que estáis en el sitio y lugar perfecto para que todos puedan sentirse amad@s, hasta en el peor momento de sus vidas.
Eso me hace mucha ilusión.
Aunque nos metan mierda en la cabeza, no hay nada que la energía del amor no pueda sanar.
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