Una joven brasileña, habitante de São Paulo, ha encontrado la forma de enfrentar dos importantes problemáticas a la vez:
Recolectando cubos, cajas plásticas u otros recipientes encontrados en la calle y las basuras, dedica gran parte de su tiempo a construir casas para perros abandonados.
“En las últimas semanas se han presentado temperaturas mucho más bajas de lo habitual. Eso me hizo preocuparme, o mejor dicho ocuparme, de los animales. Incluso mi perro ayuda donando sangre a otros perritos que son rescatados y sufren de anemia” comparte la chica.
La joven es diseñadora de moda, así que utilizó su creatividad para idear funcionales casitas en las que no entrara el agua y que, además, fueran lo suficientemente bonitas para que se permitiera su distribución por las calles.
Hoy, al pasear por São Paulo, pueden observarse varios de estos ingeniosos hogares, disminuyendo a su vez la contaminación por plásticos.