Por Ignacio Asención.- Todos somos perfectos, estamos completos en todo tiempo y lugar.
Esta es la verdad de la autoestima. El hecho de que solo podemos olvidar la ternura que existe en nuestro corazón para amarnos, para amar a los demás, para que inclusive ese línea del vos y yo desaparezca y solo quede el amor.
Es muy agotador llevar una autoestima como la que se propone. Una autoestima que implica tiempo, con la que siempre te estás quedando atrás, con la que siempre surge una comparación con los demás y con un antes y un después. La insostenible tarea del ego de mantener pensamientos positivos.
Mejor, reconocé el amor que emerge de tu corazón ahora mismo, independientemente de lo que parloteen tus pensamientos. Solo es tu personaje el que no quiere dejar que esos pensamientos sigan su curso y pasen de largo.
Entrá en la presencia infinita de este momento. Hay lugar para amar al ego acá también, ni siquiera el ego queda fuera. La compasión es tan grande que solo queda lugar para el amor.