Por Geovanny Rodríguez.- En un mundo fabricado por el ego, es común los conflictos que tenemos entre seres humanos, los roces, los desacuerdos, las múltiples personalidades que tenemos muchas veces hacen que la convivencia sea difícil.
Pero, y si las relaciones fueran la clave para la trascendencia de nuestro ser; siguiendo las enseñanzas de un curso de milagros este mundo fabricado por el ego, genera sufrimiento, pero la fuente suprema utiliza esta ilusión para sacarnos de la misma a través de los eventos y situaciones que fabricamos.
Existe uno solo de nosotros, un solo espíritu, un solo ser, que sueña con ser varios seres dentro de un sueño demente generado por la corrupción del ego, esta multiplicidad es la falsa creencia de que existen varias personas, la realidad es que existe uno solo de nosotros; esta es la razón por que la fuente suprema utiliza las relaciones para resolver nuestros conflictos y volver a ella.
Con la presencia del espíritu nada es casual, nada es al azar, tus padres, tus hermanos, tus hijos, tu pareja, tus amigos y tus conocidos no son al azar, en las relaciones que tenemos con ellos nos reconocemos a nosotros mismo, ya que nuestro espíritu está en ellos, lo que tu creas de ellos, es lo que crees de ti mismo.
Las relaciones son una oportunidad para trascender aquello que nos falta en nuestro interior, los demás son nuestro espejo, o bien nos reconocemos en ellos, o bien nos perdemos en ellos.
En esta pandemia en la que en muchos países hemos tenido que permanecer encerrados en nuestras casas, recuerda que no es casual con quien permaneces en cuarentena, mira en esas personas tu espejo, y observa que es lo que falta trascender en ti, leamos detenidamente estas palabras obtenidas del texto de Un Curso de Milagros:
“Tal como lo consideres a él, así te consideraras a ti mismo. Tal como lo trates, así te trataras a ti mismo. Tal como pienses de el así pensaras de ti mismo. Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo”
UCDM, T-8.III.4.1-5
Aprovechemos esa oportunidad, y conozcámonos a nosotros mismo, observa quien te fastidia, con quien eres intolerante, a quien tratas con desprecio, conócete a ti mismo a través de ellos, trasciéndelo y avanza hacia la iluminación.
Si piensas con el ego, esta cuarentena es un castigo, si piensas con el espíritu esta cuarentena es una oportunidad.