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La confianza en un hilo

Por José Antonio Cordero.- Cuando salen a la luz pública informes internacionales la relación entre países puede alterarse completamente. Cuando parecía que existían buenas relaciones la ruptura llega con la pérdida de confianza. En las relaciones personales suele pasar lo mismo, algún chisme que llegue crea un mar de fondo de desconfianza. La confianza pende de un hilo cuando las relaciones son superficiales.

Hoy todos podemos ser espiados, podemos sufrir invasiones en nuestros ordenadores. Cuando se espía es porque hay desconfianza. La amistad estrecha y profunda no es posible que exista cuando aparece el primer soplo de desconfianza.

La desconfianza genera división, no rompe la unidad ya que nunca existió. La desconfianza impide la unidad. Si alguien habla de estrecha amistad y de vez en cuando saltan dudas de desconfianza eso empieza a oler a una relación de actores, donde todo se convierte en puro teatro. La desconfianza demanda una atención continua, un mayor gasto de energía, y la relación se convierte en agotadora.

“¿Qué estará haciendo o con quien estará ahora esta persona o qué estará haciendo ese país? Este pensamiento ya degrada la relación o relaciones. La desconfianza auto-debilita. Los países que tanto se espían no conocen la hermandad entre naciones. Las relaciones personales que continuamente se espían viven en una degradación continua. Muchísimas guerras existieron por desconfianza, como muchas separaciones se han dado y se darán. En el mundo empresarial la confianza se limita al aval bancario o entidades que aseguran el riesgo, a cambio de un gasto, es por esto que toda desconfianza generan gastos y desgastes personales.

El mundo así no avanza ni avanzará. La humanidad no puede seguir ignorando los principios fundamentales de las buenas relaciones y los mecanismos de la prosperidad. Tener relaciones de conveniencia, sean físicas o monetarias, terminan como empezaron: en nada, en algo más para olvidar.

Es cierto que la mentira y el engaño tienen las patas cortas y en cualquier momento salen a la luz, cuanto más evoluciona una sociedad antes caen los timadores. Es una ley natural de crecimiento que a mayor evolución hay menos ramas podridas que ellas mismas caen porque su época terminó. La mejor forma de eliminar el fraude y todo tipo de engaños es mediante en crecimiento social o familiar. Es muchísimo más eficaz crear un Ministerio de Educación Basada en la Conciencia que un Ministerio contra el Fraude y el engaño. Lo inadecuado cae por sí solo ante la fuerza natural de la evolución.

La confianza no se puede enseñar, no se puede comprar ni siquiera dar. Pedir que confíen en ti es una intención inútil porque es algo que solamente puede surgir desde dentro de uno mismo. Confío en ti es una expresión de entrega, de apertura completa a una persona. Y la duda surge, ¿me la pegará? ¿Quién pierde más, el que engaña o el engañado? Aquí la ley del karma es infalible también, porque siempre el que engaña es el gran perdedor. Además el engaño retorcido es como auto-cavar un gran socavón que luego necesitará mucha renovación personal y mucho compromiso para poder salir de su propia trampa.

La desconfianza es una nube mental llena de dudas y temores, es dañina tanto a personas como a países, es como un crack o grieta en un cristal dentro de un marco de antojos, que cuando el marco se abre, el cristal cae y se hace añicos. Así son las relaciones basadas en la desconfianza.

Que el mundo se deje de niñerías, de jugar a policías-y-ladrones, porque esas prácticas son muy torpes. No estamos pensando con mentalidad infantil o fuera del contexto real, todo lo contrario, salimos de la desconfianza porque es un pensamiento inútil y fragmentador.

No basta con decir: ‘vale, desde hoy voy a empezar a confiar en ti’, porque eso no funciona así. Lleva un tiempo modificar las estructuras internas que generan la confianza. Ni una pareja cambia en un día ni un servicio de inteligencia nacional cambia en un mes.

La confianza genera hilos que entrelazan relaciones y crea vínculos muy fuertes, se lanza desde uno mismo; nadie puede conectar a dos personas como a dos cables, el hilo de la confianza forma parte de lo más íntimo. Cuando dos personas están conectadas con el hilo de la confianza, la comprensión siempre será plena, la unidad inquebrantable, cualquier mota de duda desaparece al instante. Dos países en mutua y plena confianza no conocerán la miseria, ni las dificultades, ni tendrán pobreza, por el simple hecho de haber evolucionado muy por encima de la mediocridad mundial.

Donde hay Unidad todo cuando es ajeno o dañino al Vivir se disipa. La confianza no se genera en el nivel del pensamiento, es algo mucho más profundo, ni se gana con clases de autoestima o autoconfianza. Dar clases de nociones o formas de vivir no generan el estado ideal de Vida propuesto. La confianza no es algo que se pueda enseñar, solo se puede aprender, el que enseña es otro, el que aprende es uno, solo uno mismo. La confianza comienza desde uno mismo, si no tienes confianza en ti mismo ¿cómo vas a tener confianza en los demás? Confiar implica tener apertura y ¿cómo se puede tener apertura desde una mente y un corazón cerrado? Se necesita ampliar la mente, romper las fronteras mentales y quebrar el corazón frío y egoísta.

Cambiar el mundo implica que las personas cambien de verdad. Las muestras de confianza son el mayor punto de apoyo.

La correspondencia funciona perfectamente en la plena confianza. Los hilos invisibles de la confianza son invencibles. ¿Es difícil cambiar el mundo? No, no es difícil, porque es muy fácil poner el conocimiento adecuado y que vaya empapando las raíces de cada ser humano. Regar la raíz es fácil, regar el maravilloso mundo interior es muy sencillo. ¿Seguimos pensando que es difícil? Entonces, deberíamos pensar que nos falta confianza. Nada es imposible. Confianza es el primer pie que debemos poner en el suelo cada día.

CITAS CON LOS GRANDES

“La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”. – Ralph Waldo Emerson

“La fuerza es confiada por naturaleza. No existe un signo más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos”. – Arturo Graf

“Nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro”. – Cicerón

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