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La continua defensión

Por Javier G. Delgado.- ¿De qué cosas te vas a defender más? De aquellas que más te hayas defendido. Sobre todo de lo que llamas estorbo. En este texto queremos resaltar que su contexto se refiere a toda defensa innecesaria, toda defensa que te haga sentir desequilibrado.

Toda defensa es una llamada de socorro, de gritar no estoy, no me siento bien, de querer arreglar por medio de las lejanías, de la separación, lo que solo tú puedes arreglar contigo mismo desde la calma de ese Ser grandioso que Eres y que sigue esperándote sin esperar nada. Mientras sigas defendiéndote, seguirás sin llegar a ti. Mientras saques los dientes, seguirás sacándolos. ¿No lo viste ya? No obstante, defiéndete contra nosotros, si quieres, de todas formas lo vemos a menudo (sonreímos), sin daros cuenta que os defendéis de vosotros mismos. Estás listo para defenderte, defiéndete, saca el enojo y sufre. Necesitas tal vez sufrir un poco más para cansarte, mucho más cansado y así tirar la única toalla válida para vivir en felicidad: la toalla de la resistencia.

¿Por qué no te defiendes del amor que eres?  Déjanos decirte que también lo haces cada día sin darte cuenta. Sin ser consciente, sacas cada día una «nueva» espada afilada y quisieras degollar a todos en esos momentos en que dices que no te podías contener y, por tanto, no podrás contenerte ya que incluso lo expresas verbalmente. ¿Por qué no te atreves a expresar que eres calma y en ella te estas convirtiendo? ¿Porque no lo crees? Nosotros (ni nadie) tampoco lo sabíamos antes de comprobarlo. Practica la calma y siéntete en calma a cada instante y te llegara el regalo perpetuo de la calma. Practica enfado y serás más enfado de lo que ya eres. Practica defenderte como si eso fuera lo más importante de este mundo y en continua defensión te convertirás. Todo va en función de aquello en lo que te enfoques.

No importa tanto el que sepas que si sigues defendiéndote te seguirás perdiendo a ti mismo, a la felicidad estable y continua, que el hecho de que pares la defensa en el momento justo en que quiere aparecer. ¿Te atreverías a hacerlo? Queremos que sepas que  no necesitas defender nada de la forma en que aprendiste eso de la defensa. En ocasiones oímos lo valiente que fueron algunos en batallas, pero…, ¿oímos lo valiente que son otros para fluir y no permitir de paso aquellas cosas que parecen derrumbar? Esa es la verdadera valentía. Enfadarte con otro, para la mayoría es muy sencillo, saben hacerlo, sacudirse de otros porque le estorbaban aunque de esta forma pisoteen lo esencial que en verdad Son. ¿Quisieras saber cómo reventar este texto? Es muy sencillo, te lo explicamos: comienza a sacar ese enfado que aún no has resuelto en tu vida y contra-argumenta con el arma de cualquier aspecto que no hayamos hablado. Te aseguramos algo de hacerlo así: YA NO EXISTES. O ya no está presente Quien Realmente Eres que es lo mismo. ¿Porque de eso se trataba, verdad…?, de la huida de uno mismo hacia ningún lugar.

¿Podría parecer este texto que nos estamos defendiendo de un grupo de personas que practican la continua defensión? Se oyen risas. ¡Bingo…! ¿Reventamos tu defensa? Entonces… ¿Que harás ahora sin poder defenderte…?, recuerda que para ti es muy importante todavía elegir a veces el desequilibrio. Tal vez, eso sí, este texto ha recurrido un poco a ser algo polémico, por decisión propia, por supuesto. También por decisión propia puedes cambiar aquellas cosas que no te gustan para ti, contigo.

Oye el murmullo de las olas del mar; toca al viento; alcanza a oír la música de las estrellas; haz un viaje interior al sol y siéntate sobre él, que sepa quien eres; deja que la arena de una playa se meta entre los dedos de tus pies con toda la dulzura de la naturaleza entera mientras te da un escalofrío; siente la comida en tu boca como nunca la has sentido antes; ¡ATRÉVETE A SER FELIZ…!

Javier G. Delgado

www.javboh.wix.com/letjav

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