La creación de recuerdos artificiales cada vez está más cerca

Noticias Mindalia.- Siempre que vemos alguna película relacionada con la inteligencia artificial, los bio-robots, el futuro, etc., nos hace sentir cierto pavor, no por el hecho de que estén mal ese tipo de avances tecnológicos o científicos, sino porque normalmente no suelen acabar en las manos correctas.

Todos tenemos la capacidad de aprender a asociar sucesos, así como a relacionar vivencias que hemos experimentado con situaciones actuales. La clave está en que la ciencia ha tenido dificultades para aclarar cómo fragmentos diferentes de información almacenados en la memoria, pueden llegar a ser conectados entre sí por poblaciones de neuronas.

Un reciente estudio recoge que la activación sincronizada de distintos conjuntos neuronales por medios artificiales, ha permitido demostrar que se pueden asociar falsamente en la memoria recuerdos, buenos o malos, que no tengan relación previa alguna.

El equipo de Kaoru Inokuchi y Noriaki Ohkawa, de la Universidad de Toyama en Japón, ha relacionado en la memoria de un ratón un recuerdo de una descarga eléctrica con otro en el que investigaba un entorno seguro. El vínculo falso que se creó entre ambos recuerdos fue tan fuerte, que el roedor sintió miedo cuando  volvió a ese entorno seguro que aparecía en su recuerdo.

Este proceso se produce concretamente en las células coactivas, que están interconectadas de forma que son capaces de enlazar recuerdos diversos, almacenados previamente de forma independiente en el cerebro.

La reactivación artificial de un conjunto de neuronas que corresponden a un recuerdo concreto, puede llegar a modificarlo hasta generar otro sintético o falso, de forma que llegue a mezclarse la realidad con la ficción.

¿Son buenos este tipo de avances? ¿Podemos arriesgarnos a que se apliquen a mejoras para nuestra salud o es demasiado peligro sabiendo sus consecuencias? Podría servir para borrar recuerdos angustioso, pero también para crear otros mucho peores que, además, ni si quiera hemos vivido. Como siempre…el límite lo pone el ser humano.