Por Lorenzo Linares.- En la actualidad la palabra crisis está de moda, aparece todos los días en los medios de comunicación social, tanto nacionales como internacionales. Se habla de crisis política, económica, social, espiritual, entre otras.
Desde el punto de vista ontológico, la crisis se puede abordar desde dos paradigmas diferentes: el que establece que la CRISIS ES UN SUSTANTIVO, es algo que está ocurriendo allá afuera, se asume que tiene vida propia, es objetivo, se busca controlar la ” crisis ” a través de las acciones y el que parte de la premisa que la CRISIS ES UN VERBO, está relacionado con la percepción de los eventos externos, se genera en el dialogo interno, es subjetivo y depende del observador que es uno mismo. Esto lleva a que para algunos es una amenaza y para otros es una oportunidad.
Ambos enfoques son válidos y no hay que perder tiempo en una discusión bizantina sobre cuál es cierto y cuál es falso.
La pregunta correcta es; ¿cuál te empodera?, ¿cuál te da más opciones?
El enfoque de la crisis como sustantivo, te quita poder, eres víctima de las circunstancias y tienes pocas opciones para cambiar, una de ellas es ” mudarse de país”, mientras que con el enfoque de la crisis como VERBO, da más opciones y te conviertes en protagonista de las circunstancias. Una definición de crisis que nos empodera es: “nuevas realidades ante las cuales no tenemos las competencias suficientes para movernos ante ella “.
En este escenario de ” CRISIS ” que se vive actualmente a nivel global ¿qué competencias vamos a desarrollar para enfrentar la misma?, ¿qué habilidades se van a usar para ” surfear ” las olas de la crisis?, ¿cuál es la mejor versión que se puede sacar para manejar la crisis?
Me despido con esta reflexión: “El mundo externo no está en CRISIS, el mundo externo está en constante CAMBIO… si tú no cambias, TU estas en CRISIS”.
Lorenzo Linares