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“LA DIANA MUNDIAL”

LA-DIANA-MUNDIAPor José Antonio Cordero.- Hace sólo 100 años comenzó la primera guerra mundial. Dejó más de nueve millones de muertos y un mundo destrozado. Y como no se aprende de los errores, se creó la segunda mundial y para no perder ‘la forma’ vinieron después miles de guerras aisladas.

La guerra es una práctica habitual de mentes desarmadas de inteligencia, creatividad y sentido de vida. El trío la-lo-lailo presumió de limpiar Irak, y resulta que ahora está mil veces peor que antes. Usar la violencia para quitar un grano es de lo más torpe. Cuando se inicia un acto violento las consecuencias son impredecibles, porque siempre tienden a aumentar. El final de una guerra nunca es visto por quien la inicia. Quien desconoce la semilla no conoce los frutos. Los violentos aspiran a dar en la diana, a acertar en sus objetivos, y aunque una flecha acierte y destruya, el torpe y tozudo arquero no llega a ver que su flecha retornará y le encontrará en cualquier momento. Los errores se repiten porque sus promotores no conocen la raíz de su fatal ambición, y por mucho que se escondan en la retaguardia y reciban pingües beneficios, aquello que han promovido o ejecutado les retornará.
Crea vientos y recogerás tempestades. Una tempestad es muy difícil de controlar. Hay muchas formas de crear vientos, se pueden crear en el trabajo, en la casa o jugando. Y todas tienen el objetivo de dar en la diana, ya sea con palabras o acciones. Dar donde más duele, ridiculizar o aniquilar es peor que feo.

La diana se oscurece de las malignas flechas negras, las feas noches llegan, el árbol de la vida se seca y la tierra se empobrece. Las palabras hirientes son flechas que hacen otro tipo de sangre. Los volcanes echan el fuego que llevan dentro. Hay debates televisivos y parlamentarios que son más generadores de vientos que de armonía. Para una idea constructiva, llueven millones de granizos. Esos debates son un delito contra la sociedad. Cada palabra o acción dañina contribuye a que el árbol de la vida se seque. La fisiología humana dispone de su fuego digestivo que sirve para asimilar los alimentos y digerir mejor. Echar exceso de fuego lo adultera todo, por eso la alimentación ha de corresponderse con la fisiología. Los alimentos con sangre no son adecuados, crean demasiado fuego interno, excitan y producen agresividad. Las bebidas alcohólicas como otras cosas que alteran el sistema nervioso producen agresividad. Granito a granito se formó la masa violenta. El hombre no es un ser agresivo por naturaleza, se ha hecho así por su torpe alimentación y por desconocer el origen de su vida.

Hay otro tipo de diana que sí es capaz de detener conflictos, de generar armonía y paz, es la Dhyana, que en sánscrito significa meditación, la que nos lleva al campo trascendental o Samadhi. La flecha del pensamiento torna hacia dentro para caer por sí sola en el Samadhi. Allí aparece un tercer elemento que se llama Dharana, que en nuestra cultura se ha asociado erróneamente a la concentración. Maharishi nos enseñó de forma práctica y sencilla cómo funciona Dharana. Cuando Dharana, Dhyana y Samadhi entran en conjunción aparece la Diana Universal, así es como damos en el blanco sin ningún esfuerzo, ni concentración, desde la más pura inocencia la mente se aloja en el blanco de la diana, en ese punto central donde surge todo. Cualquier enfoque que se tenga desde ese nivel el resultado será 100% efectivo. Es otra forma de operar, aquí no hay que lanzar la flecha a la diana, es al revés, desde ese estado de conjunción las flechas salen desde dentro. Cualquier negatividad puede ser eliminada. Esta es la mayor tecnología para crear Paz y eliminar para siempre los desastres creados. Saber conjuntar Dharana, Dhyana y Samadhi requiere la instrucción de un arquero experto, un instructor cualificado. Ya no es tiempo de seguir lanzando flechas al aire, aunque sea con los ojos cerrados y la mano en el corazón. La imaginación mental lanza flechas ilusorias que carecen de efectividad.

El guerrero de la paz lleva el arco, con su talego vacío de flechas, un escudo invisible le protege, es invencible. Se caracteriza porque no es reivindicativo, no lanza flechas para herir o divertirse, no necesita de referencias históricas sobre el mal, se satisface plenamente con su estado de auto-referencia desde donde crea su mundo y dirige su vida con maestría. Puede llegar a ser auto-suficiente. Haber dado en la verdadera diana tiene sus maravillosas ventajas. Un guerrero de la paz necesita su tiempo para formarse, necesita sus momentos de retiro y estar un tiempo fuera del campo de batalla, si su apertura y pureza es grande, antes estará preparado para caminar por encima de las dificultades.

La Agricultura Védica Maharishi creará muchos guerreros de la paz. El conocimiento está disponible para todos los que quieran conocer su auténtica semilla.

Un abrazo familiar

Dr. José Antonio Cordero
Director
AGRICULTURA VEDICA MAHARISHI

Nerja, junio de 2014
–100 años después para no caer nunca más en el horror–

______________ CITA CON LOS GRANDES _________________

«El que ama la guerra civil es un hombre sin lazos de familia, sin hogar y sin ley”
-Homero

«El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo
sin luchar.»
– Sun Tzu

“Mis guerras son absurdas porque lo es la guerra en sí”
– M. Gila

“Una guerra nunca resuelve problema alguno. No hace sino plantear otros nuevos”
– W. Churchill

“En realidad vivir
como hombre
significa elegir un blanco –honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad.”
-Aristóteles

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