Por Elizabeth Torres.- A lo largo de nuestras vidas experimentamos situaciones amenas como el día que recibimos un diploma o el primer beso, situaciones dolorosas como perder un ser querido ya sea porque su misión aquí termino o porque la relación cumplió su ciclo de enseñanza y termino; pero es ahí cuando debemos ser compasivos. darnos esa dosis de amor propio que nos ayude a transformar el dolor en amor. Alguna vez juzgamos a nuestros padres por sus fallas? pues todos alguna vez lo hicimos, juzgamos duramente a aquel hombre que se fue, y lastimo con su ausencia la esperanza errada que un día le pusimos a la relación.
Que hacer si pasamos por un instante de dolor, rabia, decepción? Me atrevo a decir que la medicina perfecta es la «auto-compasión». Si… la auto-compasión. El saber que no lo pudimos hacer mejor, y que la situación que estamos viviendo por mas dolorosa que sea, llego a nosotros por un motivo valioso que nuestro creador le encomendó.
Seamos compasivos, si alguien nos lastima o decepciona; lo mejor que podemos hacer es tenerle compasión. porque a la larga sabemos que esa persona tenia un nivel de conciencia muy diferente al de nosotros y e hora buena se a ido o nos ha lastimado, porque asi nosotros evolucionamos a algo mejor. Aquella pareja que se fue, que no volvió. en enhorabuena!! no hemos perdido porque no seamos merecedores, no hemos perdido porque no eramos valiosos… esa persona se a ido porque su vibración no es como la nuestra y nuestro Creador siempre nos va a dar empujones para afinarnos con nuestro propósito de vida.
Así que aprendamos a ser compasivos, abracemonos y perdonémonos por lo sucedido. Sabemos que hemos echo lo mejor que podíamos. y ahora debemos seguir. El camino es largo pero hermoso… de cada enseñanza de cada lagrima que cae de nuestros ojos cansados a veces, nace una luz de esperanza y fortaleza, esa fuerza que nos dice desde adentro «No estas sol@».
Gracias.