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La Energía del Pensamiento

Por José Luis González Pereda.- Si bien cada día aceptamos más que el pensamiento es una forma de energía con conciencia propia, no está aún muy claro para muchos las características de este tipo de energía. Y es quizás por ello que muchas personas se formulan preguntas similares a ésta:

¿Permanecen siempre nuestros pensamientos en el mismo espacio y tiempo que nuestro cuerpo físico?

Hace ya nuchos años – en la época de la Guerra de Etiopía -. vivía yo en Cuba entonces, y mi hermano se fue a tal guerra con el ejército cubano.

Una vez en Etiopía, mi hermano escribía a mi madre con cierta frecuencia. Al paso del tiempo, dejamos de recibir cartas de él, y yo empecé a preocuparme. Mis preocupaciones aumentaban con las de mi madre; y llegué al punto de estar constantemente enforcado en eso: yo deseaba de todo corazón recibir cartas de mi hermano.

Una noche soñé muy claramente con que recibíamos una carta de él. Era uno de esos sueños tan vívidos que incluían colores: la carta que recibimos – en mi sueño – era de color amarillento oscuro, y el papel en que había sido escrita estaba algo deteriorado. No creo que -al menos concientemente- haya leído yo algo del contenido de tal carta virtual, pero sí recuerdo que en el sueño traté de hacerlo, y entonces me vino un sentimiento de tristeza tal que commencé a llorar en el sueño. La intensidad emocional con que lloraba en mi sueño fue tal que me desperté llorando. Mi madre escuchó mi llanto y vino a saber qué pasaba. Le conté, y se limitó a comentar que ese sueño fue dado por mis preocupaciones constantes.

En esa época yo recién despertaba -muy lentamente- de las creencias materialistas con que me educaron, por lo que me resultó fácil aceptar la expliación de mi madre. Pero lo que sucedió después – ya tarde en la mañana- cambió por completo tal explicación:

El cartero nos trajo una carta de mi hermano; y la carta había sido escrita en papel cartucho (amarillento oscuro) dado que -según mi hermano- no tenían papel regular para hacerlo. Además, en su carta nos contaba mi hermano que había perdido en batalla a su compañero de tienda de campaña, y que eso le causó tanta depresión que no tenia deseos ni de escribir.

Bueno, cabe aquí formularnos ya las siguientes preguntas: ¿Fue mi sueño una premonición, o no? ¿Se manifestó algo de mis preocupaciones constantes?,¿Estuvieron limitados mis pensamientos por el espacio entre Etiopía y Cuba, o por el tiempo en que se desarrollaron los acontecimientos?

Las premoniciones demuestran que la energia del pensamiento no está limitada ni en el espacio ni por el tiempo.

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