Por Mauricio Guzmán.- Conciencia, conciencia, eso parece ser todo. Si el mantenimiento del estado de bienestar (salud es estado de bienestar, no es simplemente la ausencia de enfermedad), implica atender a la alimentación, el ejercicio, el descanso y la gestión emocional, entonces cuestiónate, por ejemplo:
1. Aunque me gusten mucho, ¿qué alimentos estoy ingiriendo y que siento que no me caen bien?
2. ¿Por qué no los abandono y los cambio por otros?
3. ¿Descansar para mi significa ver televisión? ¿En verdad, eso me hace descansar? (no estoy en contra de nada, tan solo cuestiónate)
4. ¿Cuándo descanso, mi mente también lo hace? ¿Logro aquietarla, aunque sea un poco?
5. ¿Habitualmente observo mis emociones, y sin luchar contra ellas (la emoción es una respuesta adaptativa, no hay emociones negativas) logro, aunque sea en alguna medida, gestionarlas?
6. ¿Cuántas veces me he observado a mí mismo realizando los mismos comportamientos que ya sé que no me ayudan para nada?
7. ¿La atención a una respiración un poco más profunda y amplia, forma ya parte de mis hábitos de vida?
8. Ejercicio implica, por ejemplo, ¿machacarme en el gimnasio? ¿Es decir, escucho a mi cuerpo y conozco la proporción adecuada de ejercicio para él? ¿Me he lesionado justo por no escucharlo?
Bien, estas son preguntas sencillas y profundas a la vez, porque la respuesta es ya parte de la solución, cuando proceda (es probable que mientras las leías te surgieran otras, atiéndelas!)
En otras palabras, podemos andar caminos distintos que nos brinden soluciones, o mejor aún, nuevas y mejores oportunidades para generar sabiduría sobre como andar el camino de la vida. Eso es conciencia, es verse sin juicios pero sin permisividad, es atender a nuestro cuerpo y mente, es dedicar tiempo a lo importante.
Así, la experiencia de estar vivo adquiere mucho sentido, se le llama también autoestima, si, autoestima, porque lo que amas lo cuidas, lo atiendes y aún cuando la inevitable pregunta que me hacen surge: ¿no es eso egoísmo? La realidad es que el amor implica acción, porque no hay amor sin actos, atenderte sin atender a los demás sería egoísmo, pero amarte es aceptación y autocuidado.
A que te animo: obsérvate, atento a tu cuerpo que siempre te habla, plantéate nuevas perspectivas, no te dejes arrastrar por las circunstancias sin detenerte a pensar si es lo que quieres para ti y luego, actúa, actúa, actúa, no hay nada más permanente que el cambio, como dice la canción “…cambia lo superficial, cambia también lo profundo…”