Tras la pandemia, la humanidad se ha dado cuenta de que, en cuestiones laborales, no es necesario un horario estricto de trabajo para ser productivos. Además, pasar tiempo con nuestros seres queridos se ha vuelto más importante que nunca.
Por eso, Islandia ha probado una jornada laboral de 4 días; apostando por mejorar la calidad de vida de empresarios y empleados.
El ensayo a tenido un éxito abrumador. Tras varios estudios e investigaciones basadas en encuestas y observaciones, se confirma que, ocho de cada diez islandeses han minimizado su nivel de estrés y han desarrollado más altos niveles de concentración y rendimiento.
Además de lo anterior, se ha hecho oficial el modo de trabajo híbrido: la jornada será en parte en casa, en parte presencial.
Otros países como España o Nueva Zelanda están apostando también por este remodelamiento profesional. Se espera que, pronto, la iniciativa se convierta en global y generalizada; facilitando un mejor equilibrio entre la existencia familiar y la laboral.