El niño de oro, ha sido apodada está momia, hallada en 1916, que hasta ahora no había sido examinada.
Gracias a una tomografía computarizada se ha podido revelar qué escondía, más de cuarenta y cinco amuletos, incluyendo una fina lengua de oro para hablar en la otra vida, un escarabajo dorado para silenciar al corazón durante el Día del Juicio y la figura de dos dedos unidos junto al pene para proteger la incisión del embalsamamiento.
Al igual que muchos tesoros egipcios encontrados, este permaneció desde su descubrimiento almacenado en el sótano del museo egipcio del Cairo, hasta que un equipo de investigadores decidió hacerle un TAC para “desnudarlo digitalmente”
La momia en cuestión tiene unos dos mil trescientos años, medía ciento treinta centímetros y murió con unos quince años aproximadamente. Fue hallada en el sur de Egipto y, a juzgar por los hallazgos, se trataba de una persona con un nivel socioeconómico bastante alto.
En la cultura egipcia, la vida después de la muerte era igual o más importante que la vida terrenal y, para facilitar el viaje del fallecido al otro mundo, se utilizaban algunas figuras y amuletos. En este caso, entre ellos figuran el ojo de Horus, el escarabajo, el amuleto akhet, el nudo de Isis y otros. Muchos eran de oro, otros de piedras semipreciosas, arcilla cocida o loza