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La nueva medicina, la medicina que viene

Por Nestor Manuel Aragón.- Hasta ahora, el conocimiento médico, si bien, se le deben conceder muchos avances, especialmente en cirugía, ortopedia, especialidades como la cardiovascular, la genética, neonatología y un gran avance tecnológico en la tecnología diagnóstica, uno debe pensar y cuestionarse algunos interrogantes que aparecen frente al freno de avances en los problemas crónicos, especialmente el cáncer, el incremento rápido en las tasas de diabetes, afecciones cardiovasculares y las enfermedades crónica en general y por qué se insiste en un modelo que es solamente paliativo e incluso a veces impiadoso a la hora de la quimioterapia, la radioterapia o medicamentos con serios y graves efectos secundarios con el planteo de que no hay otro modo de paliar algunos problemas también serios.

El conocimiento personal previo de hace más de veinte años en ejercicio de la pediatría, y los avances en otras áreas del conocimiento en que se pudo aplicar de manera empírica algunos de ellos, el pensamiento sistémico y la terapia familiar, donde la aplicación práctica de mucho de esto y otros nuevos como la hipnosis, el estudio de la comunicación humana, la pragmática del lenguaje y otros, me ha hecho bucear bastante  en los enclaves epistemológicos de la medicina, encontrando demasiado atraso en articular los nuevos conocimientos para la inclusión en los programas de estudio, y así lo hice conocer.

Este año comienza en la Universidad Nacional de Rosario una Maestría en Pensamiento Sistémico, de dos años, donde solamente los post-graduados tendrán acceso; es un comienzo, con inconvenientes pero al menos un comienzo.

Pero hay muchos más para incorporar, y de esto se trata. Uno de los problemas centrales  radica en el objeto de estudio. En el aprendizaje, se enfoca en el cuerpo, y persiste en reservar el aspecto de la mente y sentimientos a la psiquiatría y la psicología, sin darle el lugar de la necesaria unicidad de trabajo, y aún más allá, en las relaciones con las demás personas y con el medio que lo rodea. El ser humano dividido debe dejar paso al hombre como una parte del sistema más amplio que lo incluye, que lo mantiene, lo nutre, le permite vivir y saber que su vida aislada no existe, que es un artificio didáctico. Pero este modo amplio del concepto del ser humano no es fácil de abarcar. Es la razón que argumenta el artificio, pero a la vez impide avanzar. Pero nos permite comprender que no somos tan simples como creíamos. Prigogyne nos deja ver que somos un sistema abierto en equilibrio inestable e inserto en sistemas de mayor amplitud y complejidad.

Se debe sumar que la química, la física, la biología, han tenido avances innumerables y complejos, a los que se debe adicionar a lo anterior para su comprensión. El conocimiento del medio extracelular de nuestro organismo es una vía no sólo de nutrición y transporte molecular, sino también de transmisión y comunicación, utilizando medios químicos, eléctricos, iónicos, electrónicos, vibratorios, mecánicos, electromagnéticos, a lo que suma la tensegridad y la mecanotransducción. Como también que más allá de los límites de nuestro cuerpo, transcurren medios energéticos que llegan y salen modificando nuestro interior.

Comprender la complejidad implica conocer y comprender que damos un paso más en el pensamiento. Del pensamiento lineal de la lógica forma positivista al pensamiento sistémico, que es el que nos permitirá la comprensión del funcionamiento complejo de nuestro ser. Un desafío a la inteligencia que permite llegar a ver el funcionamiento de la naturaleza toda y el asombro de cómo, a pesar de toda la inestabilidad, la naturaleza, la vida, se entrelaza con el todo.

Como si esto fuese poco, la cultura y el modo lineal de la lógica nos han hecho pensar que la enfermedad es un problema a combatir. Esta postura de combate, de la lógica de guerra, nos deja atrapados en el lenguaje e impide avanzar. Comprender que la enfermedad es una señal de cambio era ya conocido por los viejos chamanes y brujos a los que no prestamos atención, cuando pensaban en el funcionamiento de la naturaleza de la vida. Si atendemos a los síntomas y a los problemas de salud como señal de cambio nos abre un amplio campo de posibilidades terapéuticas. Uno de los pioneros, Meny Bergel, ya en 1960 pensaba en la importancia del medio e impulsa su teoría metabólica, a la que se hizo caso omiso.

También hemos pensado que el actuar sobre el cuerpo, sobre la química, ha sido la solución a los problemas. Cuando entendemos que estamos hechos con muchos elementos más allá de la química, tenemos a mano un variado manojo de recursos terapéuticos y comenzamos a ver que buena parte de las mal llamadas medicinas alternativas tienen su asidero científico, y la química pasa a ser una parte más de la terapia.

Hay mucho más, por supuesto, aquí se dejan asentados los principios donde asienta lo que podemos denominar ¨LA NUEVA MEDICINA¨, dejando de lado muchas explicaciones y argumentos donde asienta la epistemología de la misma, pero las razones son obvias, se intenta con este breve artículo dar a conocer lo que viene, que no es una creación propia ni mucho menos, hay muchos profesionales de la salud que jalonan muchos principios desde hace casi un siglo.

Para finalizar, solamente puedo dejar como señal que quien escribe padecía una insuficiencia renal grado III, diabetes II, hoy se siente bien y sin medicaciones. Que no por casualidad tuvo la oportunidad de tratar a un familiar de poco más de cincuenta años con una artritis crónica seronegativa, con rupturas tendinosas serias, y luego de 4 semanas se encuentra trabajando sano y con más fuerzas, porque ha crecido, ya no es el mismo. Con ello pretendo decir que los problemas que hoy son crónicos pueden dejar de serlo, sólo hay que abandonar mucho de lo aprendido y permitirse reaprender. Hay nuevos caminos, hay posibilidades impensadas tiempo atrás, y un manojo simple y prácticamente sin efectos secundarios, de bajo costo, las posibilidades están a  mano.

Queda sí, cómo investigar todo esto y sabemos no es simple, se deben crear nuevos métodos de investigación, pero ello implica otro desafío a la inteligencia humana.

Al menos, tenemos ya, un marco teórico completo, unas pocas experiencias prácticas positivas, lo que indica que el sendero parece ser el correcto y no excluyente. la nueva medicina, ya está en marcha ,  con un frondoso sendero a recorrer.

Nestor Manuel Aragón

www.lanuevamedicina.com

 

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