Según un reciente comunicado de la ONU, la ganadería y la agricultura son ineficientes y están suponiendo la destrucción de los suelos y el empeoramiento del medio ambiente. Por eso, la ONU y demás organizaciones de la salud proponen comer insectos para salvar al planeta y combatir el hambre.
Los argumentos son varios; en primer lugar, la crianza de insectos no constituye ningún riesgo para el planeta, mientras que la ganadería produce un 14,5% de los gases de efecto invernadero. Por otro lado, se demuestra que, los insectos, constituyen una rica fuente de proteínas.
“Los insectos están en todas partes y se reproducen rápidamente, tienen altas tasas de crecimiento y una baja huella ambiental. Además, son especialmente importantes como complemento alimenticio para niños desnutridos” rescata parte del informe.
Lo cierto es que al menos 2 millones de personas en todo el mundo y varios países ya completan su dieta con insectos. Pero, ¿será este hábito aplicado por el resto de personas y países, teniendo en cuenta las diferentes culturas e ideologías al respecto?