Por José Antonio Cordero.- Decía Unamuno: “nunca dejes de usar una palabra que se te ocurra y creas necesaria.” Hoy usamos EXTREMEDAD para definir a la ‘pandemia’ contagiada por subculturas y que es lo suficientemente grave como para generar continuos conflictos.
Dos personas en una barca remando en una misma dirección llegan lejos, no importa quién esté a la izquierda o quién a la derecha, pero si cada uno va a su aire y tratando de aniquilar, ridiculizar o pisotear al contrario, lo más probable es que el camino sea larguísimo, agotador, y terminarán hundiendo su propio barco. Ir cada uno tirando por su lado es un ejemplo de extremedad.
Un experto en fútbol dijo: “entiendo de balón pero no de escudos” y por eso es bien considerado porque sus comentarios se alejan del fanatismo, los comentaristas fanáticos generan divisiones sociales y enfrentamientos continuos, viven de ello. Un proclamado presidente al asumir su cargo dijo “gobernaré para todos” y a los pocos minutos no le faltaron palabras para descalificar a la oposición, ahí le salió la extremedad. Esas pandemias causantes del extremismo, es una deficiencia mental que se caracteriza por una fragmentación cerebral, que usa pequeñas secciones del cerebro y la otra mayor parte cerebral que no permaneciendo muerta sí da muestras de insensibilidad.
La extremedad produce endiosamiento, autoritarismo, orgullo vanidoso y menosprecio a todo aquello que no coincida con las ideas propias o mal adquiridas y creen ver siempre lo mejor.
La muerte intencionada de un toro se puede ver de diferentes formas, un promotor de la tauromaquia podría decir que es la forma más digna de morir, y los que viven del matadero dirán que es para alimentar a niños y mayores. El que defiende un pueblo y supuestamente usa bombas químicas es calificado de animal porque ha matado a decenas de niños, sin embargo ese calificador habla luego del potencial de sus misiles y comienzan a bombardear, y si muere lo calificarán de accidente por haber chocado de cabeza contra los misiles. Cada extremedad tiene su propio visión y toma de decisiones que consideran necesarias. Invadir otro país es un crimen, pero la justicia internacional está “modo avión” por decisión de la extremedad. Sin embargo para la Ley Natural la máxima siempre es: NO MATARÁS.
Cualquier forma de hacer las cosas y que tenga la misma finalidad, serán erróneas cuando la finalidad provoque muerte, destrucción o dolor. La finalidad no justifica los medios, la liberación de un pueblo no se consigue por la muerte, sino por la vida saludable, es decir a través de educación, salud y prosperidad.
El divertimento de un pueblo con un animal que es objeto de ‘juegos artísticos’ para luego darle muerte no deja de ser un acto intencionado, una finalidad premeditada y por tanto es un crimen. Criar a un animal con la finalidad determinada de saciar gustos alimenticios no deja de ser un crimen. Pagar por ver un ‘juego artístico’ lleno de sangre y dolor, no deja de ser un pago contributivo a una causa, esos actos contributivos son kármicos igualmente. Pagar por comer un animal sacrificado no deja de ser un acto contributivo que es igualmente kármico. La máxima de la Ley Natural es la misma en este sentido: No mates y no contribuyas para tales fines.
La Ley Natural no es extremista, es equitativa, justa e imparcial. Da libertad de acción, permitiendo al actor que encuentre el destino elegido, que bien podría ser mucho peor de lo esperado. Cada uno recogerá aquello que siembre, las cosechas dependerán de las semillas de los actos.
Se pueden tener todos los criterios que sean, se pueden realizar las acciones que cada uno estime oportunas, pero la respuesta siempre estará en proporción a la decisión y actos realizados.
Buscar una finalidad sin detenerse en valorar las formas y sus posibles daños es propio de la descerebrada extremedad.
La extremedad mental es una discapacidad funcional que otorga un poder obcecado en la creencia de estar en lo correcto.
El pensamiento intencionado que busca la culpabilidad en otro o en los demás, es un indicio de extremedad.
Urge la educación basada en la consciencia para que los estudiantes no sean manipulados. El desarrollo total del cerebro es la solución. El equilibrio entre corazón y mente viene automáticamente con el desarrollo de altos estados de consciencia.
Unidad es lo opuesto a extremedad.
CITA CON LOS GRANDES
«Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable»- Voltaire
“La serena razón huye de todo extremismo y anhela la prudencia moderada”- Molière
“Donde habita la libertad, allá está mi patria”- Benjamin Franklin