Por Bibiana Rojas Gordillo.- Nuestra psicología está llena de distintos factores que se han adquirido por distintas causas que distorsionan nuestra esencia y nuestra conciencia y nos hacen perder de este momento presente. Algunas de esas causas pueden ser la programación desde el vientre de la madre, el clan familiar y la sociedad o heridas y traumas de la infancia. Sumado a esto, también encontramos el ego o las personificaciones que hemos creado nosotros mismos. Para despertar la conciencia hace falta auto observarnos y entender todo aquello que no somos y así llegar a nuestra real esencia.
Cuando empieza la auto observación sobre sí mismo, uno se da cuenta que muchos de los miedos, patrones y actitudes no pertenecen realmente a nuestra verdadera esencia, si no a todo aquello que fue heredado. Cuando hablo del ego, hago referencia a una parte muy importante de esa transformación o ese despertar de la conciencia ya que este en realidad distorsiona la percepción que tenemos de nosotros mismo y del mundo.
Puede suceder que al pasar de los años, se repitan las mismas circunstancias una y otra vez. Para expandir nuestra conciencia hace falta ampliar la visión que tenemos sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea, y para esto hay que transformar todo aquello que no hace parte de nosotros.
El ego es una personificación que no pertenece a nuestro ser, si no más bien a nuestra personalidad y este se crea o alimenta de todas esos pensamientos y deseos que tenemos y que día a día hacen que reaccionemos mecánicamente, si no lo sabemos identificar. Por ejemplo si tenemos un ego de ira, este hará que reaccionemos constantemente de manera violenta ante distintas circunstancias que se presentan ante nosotros, entonces el ego, nos hace perder la conciencia sobre nosotros mismos y repetir a diario las mismas actitudes.
Ahora, al comienzo mencionaba sobre esas heridas y programaciones que traemos de nuestra familia y sociedad, esto también genera y aporta a esa personificación o ego, ya que por ejemplo, la sociedad o los padres programaron a los niños para que no lloraran y esta idea forma una identidad en le niño, la cual considera como propia, pero que realmente, no es así. Toda esta información que no reconocemos pasa a nuestro inconsciente y perdemos la conciencia sobre nosotros mismos.
Cuando empezamos auto observarnos, nos damos cuenta que tenemos un montón de cosas que no pertenecen realmente a nosotros si no que se han formado por un montón de elementos que al ser transformados, liberan nuestra real esencia. Cada vez que vamos liberando nuestra esencia, llegan una gran claridad junto a nuevas habilidades y percepciones que vienen precisamente de nuestro ser o esencia las cuales estaban camufladas o atrapadas en esos egos o ideas.