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Home » Artículos » La Vida: Instrucciones de Uso

La Vida: Instrucciones de Uso

Por Magnolia Fabre.- De volver a empezar, las trescientas treinta y tres veces que sospecho aún me quedan por regresar, intentaría recordar de arranque, lo que esta vida a dura pena me ha sabido enseñar. Y así, levantarme un día lejano a hoy, en medio de mi sesentona edad, con la plena certeza -te juro-, de haber vivido a tope cada respiro, cada nueva oportunidad.

Saber, que todos estos años de adorable torpeza y entrañables tropiezos míos, sirvieron el propósito honorable de encender un valiente fósforo, sobre el sendero sombrío de alguien más. Eso, me viste el alma de confeti. Por esta razón aprieto muy de cerca al pecho ciertas pautas conductuales que sostienen con firmeza esta mano con la que escribo, mientras se me derrumba todo lo demás.

Hoy quiero compartirlas contigo, antes que el sigiloso huracán del olvido llegue, más temprano que tarde, a llevarse de un solo barrido todo lo aprendido… Aquí te va:

*VIAJA PARA QUE LA VIDA NO SE TE ESCAPE*

Vuela. Sal disparada de aquí al primer chance que tengas. Ve donde las entrometidas líneas del wifi no estrangulen tu estado de presencia. Escapa. No acumules en el armario más porquería. Reúne atardeceres en su lugar. Apila emociones indelebles, empaca rastros de mar. Desvanécete.

Te reto a que almuerces en el mercado de algún pueblito pintoresco. Siéntate cerca al sol y ordena lo mismo que esté almorzando el señor de al lado, pídelo con extra picante, yo sé que hoy te levantaste con un pie intrépido. Dale. Déjate de majaderías de hoteles ‘All inclusive’. De sosos y predecibles desayunos americanos.

Ve y circunda infinitas plazuelas y dobla tres derechas y una izquierda sobre el vetusto reloj de la catedral. Dirígete a la estación, súbete al tren de las once treinta, porque sí, porque resuena, porque te vibra. Viaja mi pequeño saltamontes, viaja para descubrir el mundo entero en un puñado de arena, viaja, para sentir la complicidad del universo en el bolsillo de tu chaqueta.

Viaja para perder, pero sobre todo viaja para en…con… (exacto).

*AL QUE SE QUIERA IR: ÁBRELE LA PUERTA*

Y chao. Bye bye. ¡Au revoir mon amour!…let it go, let it be…para que mañana puedas cantar a pulmón abierto: ‘Libre soy, libre soy’.

Cariño, eso que sientes ahora, no durará para siempre. Solo dile así:

‘Si te vas a quedar, bien. Si te vas a marchar, bien también. Pero no te quedes paradote en medio de la puerta que me obstruyes el tránsito ¿Vale?’ ¡Que pase el siguiente!

Si tienes que amarle de lejos, conservando tu sana distancia -it’s pandemic time baby- para preservar tu paz mental y tu salud emocional, que así sea -Soltar con amor- le dicen. ¡So be it! Vuélvete master en dichas materias. Da cátedra de autosuficiencia. Gradúate con honores de amor propio. Se esquiva y renuente a dramones y novelas turcas más allá  de Netflix. Haz el zapping de tu vida. Saldrás de esta corazón. Confía. Nunca nadie se murió de amor. Y si te tienes que aferrar como garrapata a algo, que sea a este mantra:

‘Trabajaré duro y parejo, para convertirme finalmente, en la persona de la que me gustaría enamorarme’.

Todos son maestros. El que llega a ti, viene con el único propósito de mostrarte tus áreas heridas, la cicatriz que aún grita, aquel lugarcito tuyo donde todavía duelen cosas, lo no sanado.

Y cuando esto sea aprendido se tendrá que ir, la vida lo arrimará, permítelo ser, adelante pues.

Ama, perdona(te) y libera. En ese orden.

*ACÉPTATE TAL CUEL ERES*

Con tus manchitas. Tus arruguitas. Esas carnitas sensuales que sobresalen del pantalón. Acéptate así, con una solemne teta más grande que la otra.

Quiero que sepas descansar y refugiarte en la belleza insurrecta de lo dispar. No digo que sea fácil, solo digo que es posible.

A veces, para serte franca, tengo días de -Eme- días de ‘Bestiario medieval’ en los que mi espejo es un cruento instrumento de tortura psicológica. Un horroroso aparato que deforma mis facciones a su regalada gana. Porque al fin y al cabo, la imagen que me devuelve, no es real. Ni creas. Esas son monedas falsas. Es una imagen engañosa y trastocada que ha caído en el abismo infundado de mis inseguridades.

Como nos sucede a todas supongo, con cada bendita luna.

Hay que aceptarlo todo. TODO. Porque cuando te miras con amor, las disonancias visuales se tornan armoniosas. La sinfonía emocional se siente placentera, con todo y sus bemoles. Porque una vez bien abrazado lo oscuro, tiernamente apapachada la demencia, aquella imagen se muestra hermosa, con sus bordes dentados, con su lado hostil y rosa…Hermosa, hermosa al fin, descaradamente caótica, bella y maravillosa.

He aquí pues, mi mayor tesoro. Ahora lo sabes. Hay que lograr llevarle el ritmo a esta vida caprichosa. Conseguir seguirle el paso sin pisarle tanto el dedo chiquito, intuir cuándo apretarla suave por la cintura en un baile sensual y cuándo despeinarla toda en giros rocambolescos según la rola.

Cuándo apartarse y cuándo acercar.

La vida no será la fiesta soñada y perfecta que esperábamos, pero ya que estamos aquí de todos modos:

¡Bailemos!

 

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