Por Francisco Menchén Bellón.- Acostumbrados a una normalidad y a una rutina, de repente nos hemos visto amenazados por el coronavirus. La incertidumbre que nos ha creado este virus infeccioso nos ha obligado a enfrentarnos a situaciones inhabituales, inesperadas y desconocidas. Cuando todo el planeta entra en crisis todas las dimensiones de nuestra vida se tambalean y cambian forzosamente.
Ante esta confusión prolongada “sine die”, no podemos dejarnos llevar por el miedo, el caos y la ansiedad, que nos proporciona esta crisis; tenemos que reaccionar y actuar ante la adversidad, permitiendo que se revele en nuestro interior el poder creativo que permanece dormido. Es cierto que, la preocupación, la incertidumbre y las circunstancias que nos provoca el estado pandémico no son buenas compañeras de viaje, ya que afectan al sistema nervioso. Pero la creatividad es una capacidad innata que siempre está ahí.
En esta situación tan compleja como ocurre en cualquier crisis, el objetivo que proponemos es liberar la creatividad y promover el autoconocimiento, la intuición y la imaginación, tres pilares esenciales para reinventarse cada día. El pensamiento divergente siempre abre nuevos caminos, nuevas opciones para solucionar cualquier tipo de problemas. La mente está llena de auténticos tesoros que debemos desvelar y compartir con los demás.
Ser creativo es un acto sublime, es un don asociado a la inspiración, a la iluminación, y al éxtasis que exige estar abierto a lo nuevo. Para ser creativo hay que habituarse a avanzar desde la penumbra a la luz, como la aurora; hay que empezar a pensar otras realidades, sentir otras emociones y actuar de forma diferente.
Para liberar la creatividad en tiempos de pandemia debemos encontrar y encender nuestra propia chispa, ese instante de inspiración, conexión y encuentro con nosotros mismos, la naturaleza y el cosmos; es decir, crear resonancia en nuestro cerebro. Vale como ejemplo, el momento “Eureka” de ARQUÍMEDES que surge cuando los pensamientos, los sentimientos y las emociones trabajan juntos, y surge de pronto la reverberación. O la denominada experiencia “¡Ahá!”, la chispa creativa, que produce una sensación de desbloqueo interno, que se vive como una revelación. Últimamente se ha hecho famoso el efecto “¡Wow!” que trata de sorprender y crear una experiencia inolvidable.
La creatividad está relacionada con el buen funcionamiento del cerebro, tanto en el plano mental como biológico y emocional. La agilidad mental, la alimentación equilibrada y las emociones afectuosas ayudan a liberar la creatividad. Por el contrario, el exceso de pensamientos limitantes, el desorden en la nutrición y las ideas rutinarias bloquean el despegue de la creatividad. El cerebro codifica todas las señales que le llegan, tanto las del exterior como las del interior, y se ve influenciado por las experiencias, las creencias, los hábitos, la educación y la cultura, entre muchos otros factores.
Hay que reconocer que nuestro modelo de comunidad, de relaciones y de convivencia no valora la importancia de ser creativo, pensando que es una actividad propia de artistas, científicos y genios. Igual ocurre con nuestro actual sistema educativo, académico y laboral que no favorece el desarrollo de la creatividad; esta capacidad la tenemos inactiva o pensamos que es algo lejano a nosotros. Pero aquí está la auténtica verdad: el ser humano es un ser creativo por naturaleza.
Ya es muy conocida la expresión de que todos somos creativos y que esta capacidad es innata en todos los seres humanos, pero ello no significa que por el hecho de saberlo se active esta habilidad, aunque algunas veces nos sorprenda. Para liberar la creatividad es necesario disciplina, entrenamiento y perseverancia, como en cualquier otra capacidad humana.
Debemos saber que creatividad está en todas partes: en lo que hacemos, en lo que pensamos y en lo que sentimos, además no solo se proyecta en las actividades extraordinarias sino también deben proyectarse en las ordinarias. Todo depende de hacia dónde enfocas la mirada. Las cosas ordinarias que antes hacías de forma mecánica y rutinaria se realizaban de forma inconsciente, le dabas poco valor; ahora corresponde tomar consciencia de tus actos, vivirlos en el presente, dando reconocimiento a lo que haces, y con esto te sentirás no solo mucho más creativo, sino también en plenitud.
Las ideas creativas suelen aparecer, en algunas ocasiones, de manera súbita; surge de repente el insight y se levanta la neblina; es un pensamiento interno, una voz o sentimiento, una clave que nos lleva al camino para buscar una respuesta creativa; es el momento que, tras un periodo de trabajo individual e intenso, la bombilla de la inspiración se enciende e ilumina todo el campo.
Esta coyuntura perspicaz suele ocurrir en un estado de fluidez, en el cual las cosas se dan sin esfuerzo y de forma natural. Es un momento de descubrimiento personal, de una clarividencia repentina, que permite reconocer conexiones que antes nos eludían. Cuando se alcanza este punto el sujeto está totalmente inmerso e implicado en la actividad que está llevando a cabo: la atención, la situación y el entorno están en perfecta armonía y coherencia con nuestro Ser; en estas circunstancias, se está motivado y se disfruta al máximo de lo que se está haciendo, y entonces, se desata la creatividad.
Los niños y los jóvenes de hoy, que están sentados en nuestras aulas con sus respectivas mascarillas, pronto estarán configurando el mundo que viene y dirigiendo nuestra sociedad; es nuestra responsabilidad darles una educación holística, de calidad y creativa, que despierte el interés por saber, y estén alejados de las cargas de la educación del siglo XIX que todavía se arrastran.
Es posible que la Covid-19 haya bloqueado nuestra creatividad, después de tantas restricciones, pero no podemos quedar atrapados en esta realidad, como ya hemos explicado. En este caso, debemos cambiar nuestra estrategia, y empezar a realizar las tareas desde nuestro interior, desde nuestra esencia y dejar de hacerlo de forma mecánica. Cuando hacemos nuestro trabajo desde la pasión estamos creando, ya que hemos conectados con nuestro potencial creativo. Cuando eres capaz de conecta con tu centro la creatividad se manifiesta.
En este avance hacia las fases de desconfinamiento, si queremos liberar nuestra creatividad debemos aprehender a encender nuestra propia chispa creativa, aquella que brilla, nos llena de energía y nos ayuda a nos sentirnos aislados. Cuando pongamos a trabajar nuestro autoconocimiento, nuestra intuición y nuestra imaginación seremos capaces de solucionar los problemas, afrontar todos los retos y reinventarnos.
La creatividad favorece solo a la mente entrenada