Por Ignacio Asención.- Vas a recibir el amor de tus padres como añadidura,
cuando logres amarte profundamente a vos mism@.
No creas ni por un segundo que
deberías encajar en sus expectativas.
Tu libertad radica en eso.
En tener la fuerza y la sensibilidad
para seguir a tu propio corazón,
independientemente de sus opiniones
y de sus búsquedas de felicidad
a través de tu vida.
Dejá de culparlos ya.
Porque sos vos quien cede
para recibir un poco de amor condicional.
Permití que la adolescencia se desvanezca.
Y nunca te olvides de vos,
de tu creatividad, de tu unicidad.
No viniste al mundo para adaptarte a él.
No viniste a producir, ni a consumir
ni a tomar psicofármacos.
Viniste a ser vos mism@, a encontrarte,
y a permitir que los demás se encuentren a ellos mismos.
La exigencia nunca ha servido para nada.
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