
Desde esta referencia se pueden aseverar síntomas como aplanamiento emocional, sentimientos de culpa excesivos, cansancio recurrente, pérdida de peso, fatiga, dificultad para dormir y hasta pensamientos suicidas.
En un determinado momento de nuestra vida podemos atravesar un fenómeno depresivo y aquí es menester prestar atención a cómo lo retroalimentamos. La propia sobre compasión puede verse como una actitud de entendimiento y apoyo hacia nosotros, pero por el contrario muchas veces opera cómo un refuerzo que nos da las razones para seguir estando donde estamos. Por ejemplo, puedo sentir que en este mundo todo está mal, que la gente es egoísta, que todo es siempre lo mismo y si a estas expresiones las respaldo con la única información que va en esa dirección construiré una certeza caprichosa que validara mi apatía. De seguir así, la energía vital poco a poco se irá consumiendo por que nunca estarán dadas las condiciones favorables para volver al ruedo.
Tal vez, esté sea un punto donde desconfiar de nosotros se constituya como la clave para evitar que lo que no podemos hacer interfiera en lo que si podemos hacer. Quizás, no podamos cambiar todo lo que está mal en el mundo, pero en lo inmediato podemos gestar con nosotros una actitud enseñable que inspire al mundo a ser mejor.