Recientemente, se ha creado una campaña mundia de Igualdad Animal, que ha recogido ya más de medio millón de firmas.
Se reclama a la ONU la prohibición de mercados de animales vivos, por dos principales razones: el riesgo que suponen para la salud humana por el contagio de enfermedades y el sufrimiento y maltrato al que se somete a los animales.
Estos lugares son el origen de enfermedades como el SARS o la COVID19, debido al sacrificio de los animales en las propias jaulas, generando el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de virus.
Parece ser que, por fin, la ONU está dispuesta a tomar cartas en el asunto: “Si no cuidamos de la naturaleza, ella nos cuidará a nosotros” afirma la Directora de Biodiversidad.
En China, la presión ya ha dado sus primeros frutos. Se ha prohibido el comercio y consumo de animales silvestres en ciudades como Shenzhen o Zhunai, los perros y gatos han sido excluidos de la lista de animales comestibles y el mercado de animales vivos de Wuhan, ha quedado clausurado.
Se pretende que estas mismas medidas sean tomadas a la mayor brevedad, en otros lugares como Vietnam o India.