Una reconocida marca de chocolate se ha comprometido a hacer un uso ingenioso de su materia prima: usará la cáscara del cacao (que es normalmente desechada) para transformarla en energía verde. De alguna forma, la empresa ha encontrado un medio de reciclaje para continuar la producción de su producto de una forma más amable con el medio ambiente.
Gran parte de la capacidad energética del cacao se encuentra en su cobertura. Por tanto, se están creando unas calderas de biomasa donde estas cáscaras de fermenten y preparen para emanar energía calórica. Así, se usaría el calor liberado para tostar el cacao, sin necesidad de gastar gas, electricidad o carbón.
La popularidad del chocolate es innegable y por supuesto, su industria tiene una alta actividad. ¿Nos acerca esta medida al consumo de chocolates ecológicos? Probablemente si y, se espera, sea una iniciativa copiada por otras marcas de la industria.