El monte Everest constituye la montaña más alta del mundo, con nada más y nada menos que 8.848,86 metros sobre el nivel del mar.
Es un entorno muy turístico, debido a los miles de alpinistas que se proponen, cada año, hacer la cumbre. Debido a esto y al poco cuidado que se ha tenido con los desechos, el monte alberga una gran cantidad de basura.
Hace ya tres años que un grupo de alpinistas ecologistas realizan labores de limpieza constantes en el Everest, habiendo recogido a día de hoy más de 8 toneladas de basura. Aun así y, según Marion Chaygneaud-Dupuy (líder del grupo), el trabajo no está ni mucho menos culminado: “Tan solo se ha logrado limpiar las tres cuartas partes del monte, pero el proyecto propone la limpieza de toda la montaña y también de toda la cordillera del Himalaya”.
A principios del 2021 y, gracias al impacto positivo de la iniciativa ambientalista, el grupo sigue siendo premiado con diversos galardones y aplaudido por muchos.
Especialistas en ecología y ecosistemas instan a tomar consciencia para mantener este tipo de áreas sin desechos y recuerdan que, al tratarse de lugares remotos, no se dispone de sistemas de limpieza.