A partir de un decreto gubernamental, México ha prohibido la importación de maíz transgénico y el uso de glifosato.
Según varias organizaciones, esto responde a la lucha de muchos durante los últimos años: “México es considerado el centro de origen, domesticación y diversificación de 64 variedades de maíz. Defender el maíz nativo y las semillas originarias de nuestro país era una obligación”.
Si hablamos del glifosato, podríamos decir que esta es una medida que todos los países deberían tomar como ejemplo. El glifosato es un herbicida utilizado en casi el 50% de los cultivos y es altamente cancerígeno, además de muy poco amable con el planeta. Por eso, el gobierno mexicano dice “Nos basamos en el principio de precaución, para garantizar los derechos humanos a la salud y a un medio ambiente saludable”.