Por Melani Maresca.- Creo que este es uno de los motivos por el cual los humanos tendemos a resistirnos a entregarnos a un proceso terapéutico…porque se percibe que vamos a llegar a tomar contacto directo con los traumas más profundos de la infancia. Y si, esto es cierto, ¿cómo negarlo? es parte de lo que vinimos a experimentar, ninguna experiencia sucede en vano…todo tiene un sentido evolutivo en nuestras vidas.
Llegar a la raíz de los traumas más profundos puede generarnos muchas sensaciones, dolor, tristeza, ira,miedo, etc… pero si esto no se ilumina, todas esas emociones que acabo de listar…se van PERPETUANDO eternamente en la vida, es decir… cargamos con muchísimo dolor, perdiendo la plenitud de una vida armoniosa…por el simple hecho de que la mente te está queriendo engañar diciéndote que no va a estar bueno tomar contacto con toda la oscuridad de los conflictos no resueltos.
Quien en su sano juicio quiere vivir una vida infeliz? Por supuesto que la entrega a un proceso de terapia y sanación implica mucha entrega, compromiso, presencia…paciencia!! porque hay que entender que todo ocurre en etapas. Por más “poco tentador” que pueda parecer cruzar el umbral de ese “miedo poco funcional” a la terapia…todo lo que vendrá después es pura luz, liberación, sanación, y un montón de experiencias positivas.
Se resignifica todo, se alquimiza, se despedaza el dolor insoportable del alma…para alcanzar todo lo bueno que viniste a ser. Nada ocurre de la noche a la mañana, pero una vez que ese camino inicia,el universo pone todo a tu disposición para sanes y purifiques todo lo que ya no necesitas.