El departamento de diversidad biológica de la ONU ha presentado un borrador de las acciones a tomar en los próximos diez años. El objetivo es proteger el 30% de la Tierra, incluyendo ecosistemas terrestres y acuáticos.
En 2019, un demoledor informe salía a la luz: hay un millón de especies en peligro de extinción y el proceso se está acelerando como consecuencia de las actividades humanas. De hecho, algunos especialistas se atreven a adelantar que, estamos viviendo ya, la sexta extinción masiva.
El objetivo es claro: reducir las amenazas a la biodiversidad y encaminar al ser humano hacia un modelo de vida sostenible, reduciendo la contaminación y los deshechos plásticos o regulando el comercio y recolección de especies, entre otros.
Pero, ¿y a largo plazo? Entonces, los objetivos son un poco más ambiciosos.
Se espera que, tanto estas como las medidas que se tomen en los próximos años, nos guíen hacia un 2050 donde la biodiversidad biológica se valore, se conserve, se restaure y se utilice en la medida estrictamente necesaria, para sostener así un planeta sano también para los seres humanos.