Por Natalia Galindo Triana.- En esta serie de artículos, quiero desmitificar o corroborar, de forma fácil y argumentativa, algunas creencias que tenemos los creyentes sobre la forma y las condiciones para comunicarse con Dios, con los ángeles, con Jesús y otros maestros ascendidos. Es importante saber que los seres humanos vivimos más de creencias que de realidades, porque suele ser más fácil arraigarse a lo que socialmente está aceptado y no salir del molde para no desencajar o para no salir de la zona de confort. Si te dijera que muchas de las cosas de las crees no son verdad y que tienes la oportunidad de corroborarlo, si tuvieras la oportunidad de eliminar los bloqueos que te impiden avanzar en tu relación con los seres de luz, ¿al menos, lo intentarías?.
Para comenzar, te invito a leer y comentar el primer mito. Aquí va:
1. La comunicación con Dios es exclusiva de los sacerdotes, pastores o líderes espirituales consagrados: Dios se comunica con todos, no existe alguna exclusividad, es decir que si alguien que no se ha consagrado a dedicar su tiempo al 100% de servicio a Dios, en algún grupo específico o religión, puede comunicarse con Dios si así lo quiere y si está listo o lista para ello. ¿por qué las personas creen que no pueden comunicarse con el cielo?, la diferencia es simple, los seres humanos, estamos acostumbrados a escuchar que solo aquellos que han consagrado oficialmente su vida a Dios, son quienes reciben mensajes del cielo porque el resto de las personas son indignas o pecadoras y por tanto, Dios no habla a quienes muestran estas características. Yo les quiero decir que todos los seres humanos cometemos errores que seguramente, afectan a otros seres, que generan situaciones complejas o que no hacen bien al ejecutor, pero Dios sabe eso, sabe que cometemos errores y precisamente sabe que quienes cometemos errores somos quienes necesitamos de Dios, entonces, ¿Cómo Dios pudo cortar la comunicación con los que lo necesitan? no tiene sentido ¿verdad?
Afortunadamente hay solución para erradicar este mito de creer poder comunicarse con el cielo. Para comenzar, puedes intentar lo siguiente:
Elimina ya de tu mente que eres indigno para relacionarte con Dios, puedes sentirte indigno de cualquier cosa que así quieras, pero nunca cometer errores te hará indigno de comunicarte con la fuente creadora. Después de cometer un error, o al considerarlos, puedes sentirte mal por ofender a tus seres queridos, a ti mismo o por crear situaciones incómodas, pero no confundas tu sentimientos de arrepentimiento o abatimiento, con la certeza de que el cielo despreciará tus intentos de comunicación. Ese cuento lo escuchaste, o te lo contaste tú y te lo creíste, pero no es verdad. Aunque ojo, sí es verdad que las emociones que se generan después de cometer errores, si no se hace una reparación adecuada, pueden de hecho, no hacernos los mejores receptores para los mensajes del cielo.
Comprende que, al contrario de despreciarte, Dios, tal cual como lo menciona en la parábola del Hijo Pródigo, sin reproches y sin atacarte, va a estar esperándote para que siempre que necesitas, recurras a él para pedirle consejo. Él sabe que lo necesitas más que nunca..
Es verdad que al llevar una vida consagrada, los sacerdotes y demás líderes sinceros en el servicio, están más preparados y listos espiritualmente para hablar con Dios en cualquier momento, ademá se han entrenado para ello, pero la anterior no excluye a los demás seres humanos, ni los imposibilita, pero si necesitamos de un entrenamiento y alistamiento para ser receptores de dichos mensajes y para esto se necesita una preparación física, mental y espiritual a la que todos pueden acceder.
Analiza, ¿qué tan importante o qué tan fuerte es tu deseo comunicarte con el cielo?, si resulta que estás seguro o segura de que es lo que realmente quieres y que no sientes miedo o temor de recibirlo, entonces tienes check el paso más importante para iniciar la comunicación. Es importante saber la sintonía del cielo, es la sintonía del amor y sus derivados (alegría, agradecimiento, compañerismo, etc), por tanto, quienes se muevan en dicha sintonía, podrán recibir con mayor facilidad los mensajes. Recordemos que, aunque el miedo es un sentimiento natural del hombre, no es compatible con el deseo y por tanto, si por un lado estás diciendo que quieres y por el otro estás sintiendo temor, el mensaje que se envía al cielo es que aún no estás listo o lista.
Habla con Dios como con tu mejor amigo o con la confianza de un hijo a un padre o madre. Cuando cometemos errores, Dios prefiere que reconozcamos los errores, su impacto en otras personas o las situaciones que se han creado, porque solo reconociendo esto, entendemos por qué es importante no actuar más de esa forma. En línea con lo anterior, es importante que, si piensas que los errores cometidos en el pasado o recientemente, te pueden bloquear la comunicación con Dios, entonces busca un lugar solitario y háblale a Dios como a le hablas a tu mejor amigo, pídele perdón por los hechos, reconoce las consecuencias, ora genuinamente por las personas afectadas para que puedan recibir algún resarcimiento, si puedes hacer algo para mitigar las consecuencias, idea un plan y ponlo en marcha. Es importante que le cuentes a Dios con sinceridad, las motivaciones y los sentimientos que te llevaron a actuar de esa forma, es importante ser muy detallista. La clave es la sinceridad, el reconocimiento de las consecuencias, el resarcimiento y el compromiso de no volver a actuar así. Este ejercicio te ayuda a sentirte limpio y a dar el primer paso para estar listo o lista, además de familiarizarte con hablar con Dios en tu día a día.
Es fundamental que entiendas que todos cometemos errores, esto no da vía libre para cometerlos una y otra vez. Aunque Dios sabe que nos vemos atraídos por gustos que no todo el tiempo hacen bien, no le agrada que caigamos una y otra vez en estas situaciones, le gusta que aprendamos de ellas para dejarlos atrás y avanzar, como debe ser, como también le gustaría a nuestros padres. Es necesario madurar en escoger lo que nos hace porque solo así, vibramos en amor y nos prepararemos para contactar con Dios. Normalmente cuando se hace el propósito de NO volver a cometer los mismos errores y se cae una y otra vez en lo mismo, los auto reproches y el sentido de frustración serán cada vez más fuertes, generando ciclos de arrepentimiento que lo que hacen es desgastar la intención. Por favor, si ya se tiene claro que se deben cambiar cosas, hábitos y comportamientos, entonces a cumplirlos, tener clara la meta es fundamental.
Práctica conversar a diario con Dios, contándoles cosas del día a día, preguntando cosas simples y cotidianas, así verás que puedes ganar confianza, que nada te impide hacer a Dios parte de tu vida, ojo, con esto no estoy diciendo que dejes de asistir a tus actividades con tu comunidad o lugar de reunión, solo digo es importante salir de la caja del cronograma de actividades para involucrar a Dios en el día a día, es así como se establecen relaciones fuertes, como pasa entre seres humanos. Si haces eso a menudo con interés y compromiso, veras en varias ocasiones recibirás respuestas de formas inesperadas, es importante estar atento o atenta.
Ten presente que las respuestas, la mayoría de veces, llega de formas simples. Estamos acostumbrados a que en la Biblia, los ángeles o Dios hablaban de forma directa e impactante a los personajes, pero recordemos que la Biblia no es específica en la forma y en el canal, simplemente menciona la interpretación o mensaje y el resultado. Estoy segura que el cielo te muestra la respuesta de forma simple, por canales que usamos cotidianamente o a través de personas con las que compartimos en el día a día. Entender si es un mensaje o no, depende de tu intuición y del sentimiento inexplicable de que ese mensaje es para nosotros