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Motivación Instrumental o Integradora

Por Jessica J. Lockhart.- Dependiendo de su propio tipo de motivación, los seres humanos se dedicarán a su trabajo de maneras completamente diferentes.

La primera vez que oí hablar de la motivación instrumental y de la motivación integradora fue cuando todavía enseñaba inglés, hace muchos años. El concepto fue definido por Gardner y Lambert en 1972 para razonar por qué algunos alumnos adquirían un segundo idioma más rápidamente y mejor que los demás. Hoy quiero demostrar de qué manera podemos aplicar ese mismo concepto a las empresas y su rendimiento y  para explicar su evolución y su sostenibilidad.

La motivación forma part de la Esfera Personal de cada ser humano. Nadie, excepto la propia persona, puede cambiar la naturaleza de su motivación porque esta nace de su propio sistema de creencias. Todos tenemos nuestro propio tipo de motivación y nadie lo puede cambiar a no ser que deseemos hacerlo nosotros mismos. Un buen directivo será capaz de identificar qué tipo de motivación tienen sus subordinados y combinará sus destrezas según las necesidades de la empresa en cada momento. No hacerlo provocará un impacto importante negativo en el rendimiento y desarrollo de la compañía.

La motivación instrumental hace referencia a la que guía a los seres humanos a perseguir metas y objetivos. La motivación integradora es la que siente un empleado cuando desea formar parte de una empresa y crecer con ella. Aunque todos los seres humanos tenemos parte de ambas, una suele resultar más importante que la otra y nos guía en nuestras acciones. Los seres humanos cuya motivación es fundamentalmente instrumental se orientarán a tareas y aquellos cuya motivación sea más integradora se orientarán más a la propia empresa.

Ambos tipos de motivación resultan necesarios para que las empresas sobrevivan. Si solo existiera la instrumental, los empleados se limitarían a perseguir objetivos sin tener en cuenta el bien general de la empresa o su supervivencia a largo plazo. A menudo nos encontramos con ejemplos de este tipo de situación en compañías que fracasan a pesar de alcanzar metas increíbles por carecer de cimientos sólidos sobre los que sostenerse. Por otro lado, cuando solo existe motivación integradora, las empresas sobreviven pero en rara ocasión alcanzan un elevado nivel de éxito.

Cada tipo de motivación implica un conjunto diferente de características. Voy a intentar resumir las más importantes:

  • Motivación instrumental:
    • Orientada a tareas o metas, este tipo de motivación se centra fundamentalmente en la expansión, el crecimiento y la consecución
    • Siempre mira hacia delante y hacia el exterior
    • Quienes tienen sobre todo este tipo de motivación establecerán y perseguirán objetivos por encima de cualquier otra labor
    • La rutina será su peor enemigo, que destrozará su empuje y deseo
    • Se trata del motor de empuje perfecto cuando se busca la expansión, el crecimiento y la difusión
    • Obligatoria para los emprendedores y los visionarios. Las empresas no pueden crecer sin ella
  • Motivación integradora:
    • Es la motivación de la permanencia y la estabilidad
    • Siempre mira hacia el interior
    • Quienes tienen sobre todo este tipo de motivación fortalecerán los valores y la filosofía de la empresa y buscarán todas las oportunidades para crear una mayor cohesión y espíritu de equipo internos.
    • El riesgo será su mayor enemigo, que llegará a paralizarlos
    • Se trata del motor de empuje perfecto para estabilizar una nueva empresa o en situaciones de crisis
    • Resulta básica en los departamentos que pretendan consolidar la empresa: recursos humanos, contabilidad, y parecidos

Las empresas necesitan diferentes combinaciones de ambos tipos de motivación, dependiendo de su nivel de desarrollo, de su crecimiento y de la situación de su mercado. Un buen Director se asegurará de que su empresa contrate a los profesionales que tengan el tipo de motivación necesario según las tareas que se deban llevar a cabo Las distintas realidades requerirán distintas combinaciones. Una vez se complete una fase, tal vez haga falta cambiar la combinación de motivaciones. Ese es el motivo de que las motivaciones de una empresa y sus empleados estén en un constante fluir. Las compañías que crecen lo saben y siempre están a la búsqueda del tipo de motivación adecuado para cada uno de sus pasos.

Los buenos directivos también saben que los distintos tipos de motivación desempeñan papeles diferentes y colocarán a sus empleados en los puestos adecuados según las necesidades de la empresa y el tipo de motivación de cada subordinado. Así, si hace falta crecer o expansionarse, se potenciará el crecimiento de los empleados con motivación instrumental. Cuando lo que haga falta sea consolidar y estabilización, los promovidos serán quienes la tengan integradora.

Comprender la motivación en los seres humanos forma parte de la humanología. La humanología ayuda así a las empresas a entender mejor los elementos que la componen. Cuando quienes ocupan los puestos más elevados contemplan su trabajo desde el punto de vista de la humanología, todo cobra una mayor claridad y tiene mayor sentido.

Jessica J. Lockhart

www.jessicajlockhart.com

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